«Estamos todos en la fosa»: Manifestaciones por Ayotzinapa

Texto: Elis Monroy
Video: Eugénie Moreau
Fotografías: Paulina Moreno, Marlene Mondragón y Elis Monroy

Han pasado 20 días desde las desapariciones y asesinatos ocurridos en la ciudad de Iguala, Guerrero. Veinte días en los que la búsqueda y las manifestaciones se han llevado a cabo diariamente en medio de un ambiente de indignación ante la respuesta de las autoridades, y de angustia ante el paso del tiempo.

En Guerrero, los familiares de los 43 desaparecidos y sus compañeros normalistas mantienen la esperanza de encontrarlos con vida, y exigen, con todos los medios que les son posibles, que los regresen. Hace pocos días, el hartazgo ante las desapariciones prendió fuego en el palacio de gobierno de Guerrero, en la ciudad de Chilpancingo. Por un rato, el edificio ardió tanto como la rabia y la desesperación.

En la Ciudad de México, las manifestaciones han sido constantes y diversas. Se han realizado marchas, protestas y mítines, así como paros, asambleas y movilizaciones en diferentes escuelas, como la UAM, el IPN, la UNAM, la ENAT, la UACM, la ENEO y la ENAH, entre muchas otras.

Ayer a las 4 de la tarde, se hizo una manifestación enfrente de la Procuraduría General de la República (PGR), ubicada en av. Paseo de la Reforma. La mayoría de lxs manifestantes eran jóvenes estudiantes cuyas escuelas se encontraban en paro de labores como protesta ante lo ocurrido a los normalistas de Ayotzinapa. Los contingentes fueron arribando poco a poco, gritando consignas de solidaridad y rabia, exigiendo la presentación con vida de los 43 normalistas.

Durante el encuentro hubo diferentes expresiones artísticas, desde pintar las calles con esténciles de los rostros de los normalistas, pequeñas representaciones teatrales, la instalación de siluetas hechas de periódico en el piso de la entrada del edificio simulando los cuerpos de los desaparecidos, «pasar lista» a los 43 normalistas, siguiendo a cada nombre con un grito de «ausente». En fin, esfuerzos creativos que de una u otra manera buscaron exteriorizar los sentimientos de lxs asistentes.

Las posiciones que se revelaron a lo largo de la manifestación también fueron diversas. Por un lado se instaló un templete en donde distintxs luchadorxs sociales tomaron el micrófono y dijeron su palabra. Por otro, varixs manifestantes arrojaron objetos pesados a los vidrios del edificio. Al menos  dos posturas se distinguían entre lxs que lanzaban objetos. Una, era la de un claro enojo y desesperación ante la ausencia de los desaparecidos, un reclamo a las autoridades para que entreguen con vida a los 43 amigos, hermanos, hijos, padres; la segunda no buscaba respuestas de la PGR, que ha defraudado de manera sistemática a quien busca lo que supuestamente esta institución procura: justicia.

Se evidenciaron las posiciones a favor y en contra de estos actos. Desde el templete, un hombre de San Salvador Atenco cuestinó: «¿por qué no se escandalizan cuando violan a una mujer y desaparecen y asesinan a las personas?». Por su parte, quienes estaban a favor de la acción directa, gritaban «esto no es violencia, esto es resistencia». Los vidrios se fueron rompiendo uno a uno. No hubo enfrentamientos entre lxs manifestantes, pero si un reclamo y repudio a la prensa «comercial, amarillista y carroñera». Los ánimos se tranquilizaron cuando una mujer y un hombre hicieron un performance que reclamaba el papel que desempeña la «prensa vendida». Las horas pasaron sin que apareciera ningún policía.

No sabemos cuántos vidrios se rompieron, tal vez seis, como los asesinados el 26 de septiembre, o 43, como los que se encuentran desaparecidos desde aquel día. Tal vez 19, como el número de fosas clandestinas que aparecieron en Guerrero, o 28 como los cuerpos que se encontraron dentro de ellas. Quién sabe, tal vez 120 mil o más, cómo lxs asesinadxs en los últimos años por este mal gobierno.