El movimiento no se agüita

Mientras transcurría la marcha en protesta por la imposición mediática e institucional del PRI, cientos de personas afluían hacia el Zócalo formando pequeñas asambleas espontáneas. Al recibir la noticia del arribo de los marchistas al Monumento a la Revolución, justo cuando nos preparábamos para ir a sumarnos al contingente principal, una tremenda tormenta se abatió sobre el centro de la ciudad, y esto fue lo que pasó.