Por el amor de Winnie

Texto: Mumia Abu-Jamal*

Durante las últimas semanas, desde el tránsito del Dr. Nelson R. Mandela, he querido escribir unas palabras sobre Winnie Madikizela-Mandela (nacida Nomzamo Winifred Madikizela), la segunda esposa de Nelson.

El menosprecio al destacado papel de Winnie en la historia de Sudáfrica por parte de la prensa corporativa es un abuso, porque si no fuera por su larga y acérrima lucha para mantener el nombre de Nelson en la conciencia colectiva ante la despiadada represión del estado apartheid que la proscribió y  la desterró,  no nos habríamos enterado del nombre Mandela; tampoco habría crecido el movimiento anti-apartheid como lo hizo.

Mujer de una impactante belleza africana y personaje valiente que pugnaba por su esposo y el Congreso Nacional Africano (ANC),  Winnie resistió durante años –durante décadas– y luchó más que nadie para lograr la liberación de Mandela.

Leí sus palabras por primera vez en su libro Part of My Soul Went with Him (Parte de mi alma se fue con él), la historia de sus meses en prisión y de su destierro, cuando por orden del gobierno fue enviada a vivir sola en las zonas reservadas para la gente blanca  de Sudáfrica. Lloré.

Durante todo eso, ella nunca jamás dejó de pelear por su esposo, y tampoco abandonó su resistencia a los fascistas del régimen.

Sin la lucha de esta hermosa y dinámica mujer, es posible que Nelson Mandela no hubiera superado su largo y brutal encarcelamiento.

Ella le dio esperanza y un motivo para luchar. Su fuego lo mantuvo calientito durante las noches frías que pasó en la Isla  Robben, azotada por los vientos del Océano Atlántico.

Incapaz de callar su voz o quebrantar su espíritu fogoso, el estado policiaco la sentenció al exilio interno, obligándola a dejar su hogar en Soweto y vivir en Bloemfontein, el corazón de la república afrikáner –la ciudad más blanca del país.

Winnie, siendo Winnie, mantuvo su resistencia solitaria en apoyo a su esposo y su libertad.

Dado que ella se negó a firmar un trato que dejara a los africanos sin poder, y nunca aceptó un nuevo sistema político que perpetuara la explotación de la mayoría de los africanos, Winnie se convirtió en la pesadilla de los medios corporativos.

Escupieron sobre su nombre.

Pero para millones de personas, su brillantez, belleza y valentía son como una antorcha en las montañas.

De verdad, Winnie es muy amada por su pueblo.

Desde la nación encarcelada, soy Mumia Abu-Jamal.

 

© ‘13maj
29 de diciembre de 2013

* Original: For the Love of Winnie, grabado por Noelle Hanrahan para Prison Radio (www.prisonradio.org)
Traducción: Amig@s de Mumia, México