Durante 2011, madres y padres del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD) se reunieron en dos ocasiones con Felipe Calderón en el Castillo de Chapultepec. Expusieron los casos sus familiares asesinados, desaparecidos, torturados… así como sus propias situaciones de amenazas y desplazamientos forzados por la violencia. El diálogo llevaba dos exigencias: el freno de la guerra iniciada por Calderón y la resolución de los casos.
Ha pasado más de un año —el cambio de gobierno se encuentra muy cerca— y los casos siguen impunes. Las madres y padres están hartos de realizar el trabajo que correspondería a las autoridades y, más aún, de que sus denuncias sean ignoradas y menospreciadas. Por estos motivos, familiares de desaparecidos iniciaron hace siete días una huelga de hambre frente a la Secretaría de Gobernación (SEGOB), en la Ciudad de México.
“Estamos aquí en un acto de rebeldía, en un acto de exigir justicia porque nos cansamos de esperar que se hiciera justicia para nuestros hijos (…) porque lo mismo da morir acribillado en la calle, como los compañeros que han perdido la vida o que han sido desaparecido por levantar la voz, a morir aquí en un acto de amor.” (Margarita López Pérez, madre de Yahaira Guadalupe).
“Ellos se han acomodado en sus lugares de poder y solamente hay una clase a la que sí le dan la justicia y a los demás no. Ellos son responsables por no hacer su trabajo porque han pensado que las personas a las que ellos están gobernando no tienen valor. Y ahorita, en este momento de mi vida, yo le digo a Calderón: SÍ tenemos valor las madres, lo que pasa es que creíamos que había justicia en este país y que existían los poderes.” (Julia Alonso Carbajal, madre de Julio Alberto)
Fotos: Yanireth Jiménez y Sari Dennise