Acto de memoria por Benjamín Maldonado. A 40 años de su desaparición forzada.

Una cuadra al sur de la estación del metro Xola, exactamente en Calzada de Tlalpan No 705, se encuentran actualmente las instalaciones de una Universidad Privada. Pero este lugar albergo hace décadas la oficina de Correos No 25, lugar donde laboro por más de 13 años un joven, originario de Concepción del Progreso, Oaxaca y de nombre Benjamín Maldonado Santos.

Hace 40 años, un lunes 27 de Febrero de 1978, cuando Benjamín tenía 32 años de edad y cursaba el decimo semestre en la Facultad de Medicina de la UNAM, agentes de la Brigada Blanca llegaron en dos autos sin placas y preguntaron por él. Cuando una de sus compañeras de trabajo se percato de que los agentes se lo llevaban, se acerco a preguntarles y le respondieron; «Solo va a identificar unas fotografías, al rato regresa.» Nadie lo ha vuelto a ver desde ese día.

La organización H.I.J.O.S. México convoco a un acto «por la memoria y contra el olvido» el pasado sábado 24 de Febrero del 2018. En el evento estuvieron presentes familiares y amigos de Benjamín Maldonado, quienes no han parado de buscarlo durante cuatro décadas, sin resultados.

Ofelia Maldonado (hermana de Benjamín) recordó que; «Benjamín era muy trabajador y no se lo llevaron de otro lado, fue de estas oficinas, que se lo llevaron.» Mientras H.I.J.O.S. México denuncio; «A 40 años de su desaparición forzada por el Estado terrorista mexicano, Benjamín nos hace falta a todxs todo el tiempo. Hoy como ayer, seguimos exigiendo su inmediata presentación con vida y el juicio y castigo a los culpables y sus cómplices.»

La brigada blanca fue el instrumento contrainsurgente del estado Mexicano, para atacar directamente a los grupos guerrilleros de los años 70s, de acuerdo a los documentos obtenidos de la Procuraduría General de la República (PGR), cuando funciono la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (FEMOSPP), en torno a hechos sucedidos durante la llamada guerra sucia.

Sus órdenes eran limitar las actividades de los grupos subversivos y detener a los guerrilleros que actuaban en el valle de México. La Brigada Especial, como se le llamó oficialmente a la Brigada Blanca, se integró en junio de 1976 con un grupo de 240 elementos, entre policías capitalinos y mexiquenses; militares y personal de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), así como de la Policía Judicial Federal.

Entre sus mandos figuraron personalidades como Arturo Acosta Chaparro, Francisco Quiroz Hermosillo, Miguel Nazar Haro, Salomón Tanuz y Francisco Sahagún Vaca. A quienes finalmente el estado mexicano, nunca castigo, ni responsabilizo por los crímenes denunciados en su contra.

Los documentos acreditan entre muchas otras cosas, que la DFS y particularmente la Brigada Blanca contaba con: “instalaciones dentro del Campo Militar número Uno”, donde había “oficinas, mobiliario, artículos de oficina y alojamiento para 80 personas; donde cada grupo descansaría 24 horas; otros en entrenamiento y el resto distribuidos en actividad”.

Cada agente contaba con “dos cargadores para sus pistolas Browning, otros dos para las carabinas M-1”. La dotación inicial de cartuchos fue de 15 mil 300 para pistola; 30 mil 600 para el adiestramiento; 11 mil para carabina con el fin de usarse en enfrentamientos con grupos guerrilleros; 11 mil para carabina para ser usados en el entrenamiento; 2 mil 750 cartuchos para escopeta de uso en operaciones, y 5 mil 500 para adiestramiento.

Tal como lo revelan estos documentos, y como denunciaron familiares y amigos durante el acto de memoria por Benjamín Maldonado; «No podremos entender nunca el proceso actual de desapariciones forzadas que realiza el estado mexicano hoy. Si no comprendemos que es una estrategia de control político desde los años 70s en México por parte de las autoridades que ha quedado desde entonces, en completa impunidad.»