Por Disturbio Tropikal
Fotografías: Colaboración
Era la madrugada del 26 de junio de 2016, el estado de Oaxaca vivía un clima de tensión debido a los recientes acontecimientos en Nochixtlán, donde policías federales y estatales asesinaron al menos a ocho civiles mientras aquellos intentaban desalojar el plantón que se mantenía en la carretera. En la ciudad de Huajuapan de León, la radio comunitaria Tu-un Ñuu Savi solicitaba apoyo a sus radioescuchas y colaboradores, pues se encontraba en alerta ante una posible agresión.
Salvador Olmos, Chava, un colaborador de la radio, acudió al llamado alrededor de la una de la madrugada. De camino a la estación realizó un pinta en el recién inaugurado Hemiciclo a Juárez, que decía: «Queremos obra pública, no remodelación de fachada».
Minutos después fue detenido por la patrulla 004 de la policía municipal y llevado a los separos, en donde el juez menor calificó la situación jurídica de Salvador como un delito –en lugar de una falta administrativa como es habitual en estos casos–, por lo que ordenó su traslado hacia la fiscalía local para que rindiera su declaración.
Esta decisión del juez constituye la primera de muchas irregularidades y contradicciones dentro del caso de Salvador Olmos.
Chava fue trasladado a la fiscalía, la cual se encontraba cerrada y los policías decidieron retener a Salvador por más de tres horas en la patrulla, manteniéndolo incomunicado, lo que constituye otra irregularidad, así como una privación ilegal de su libertad.
Aún es incierto lo que sucedió durante esas tres horas, aunque algunas versiones indican que Salvador fue golpeado durante el traslado y su ilegal detención en la patrulla. Sin embargo, Chava logró escapar de los policías, quienes pidieron apoyo a otra patrulla, misma que atropelló a Salvador y ocasionó su muerte.
El policía que conducía la patrulla que atropelló a Olmos no era el chofer designado para manejar dicho vehículo, lo que constituye otra de las negligencias de la estructura policial que llevaron al asesinato de Salvador.
Es importante señalar que además de ser colaborador de la radio comunitaria, Chava fue impulsor del movimiento anarko-punk de Huajuapan, y trabajaba con diversas comunidades en la defensa del territorio.
Salvador, al igual que otras personas y colectivos de Huajuapan, se había manifestado en contra de la construcción del Hemiciclo –donde realizó la pinta– pues la licitación y construcción del mismo había estado llena de irregularidades. El presidente municipal de aquel entonces, Luis de Guadalupe Ramírez Martínez, había sido señalado por corrupción y desvío de fondos. También se argumentaba que la ciudad necesitaba otro tipo de obras, por ejemplo, una mejor infraestructura de agua potable, en lugar de ostentosos monumentos decorativos.
A partir de este suceso, compañeros, amigos, familiares y grupos solidarios han manifestado su repudio al asesinato de Salvador y han realizado diversas actividades político-culturales para exigir justicia y mantener viva la memoria.
El sábado 24 de junio del presente año, se realizó una movilización hacia el palacio municipal para exigir el esclarecimiento de los hechos y reclamar justicia a un año de su asesinato.
De manera paralela se realizó una gira de bandas de punk y hardcore titulada «El que lucha Nunka Morirá», en memoria de Salvador Olmos y de todos los caídos y asesinados por la policía. Chava era vocalista del grupo de punk «Anónimos».
Todas estas acciones han sido fundamentales para el proceso jurídico que continúa abierto. La estrategia del estado y de las autoridades municipales ha sido la de señalar que se trató de un accidente. En un primer momento se calificó como un homicidio culposo, pero después de las acciones y la presión social que diversos grupos ejercieron, en la segunda audiencia del caso, el juez cambió la imputación como un homicidio doloso.
A un año de iniciado el proceso jurídico, el único inculpado es el policía conductor de la patrulla que supuestamente hizo el atropellamiento que causó la muerte de Salvador. Este policía se encuentra detenido en el penal de Etla, Oaxaca. La defensa del policía argumenta que se asume la responsabilidad como homicidio culposo, pues nunca tuvo la intención de atropellarlo.
Los familiares y amigos de Salvador continúan exigiendo que se esclarezcan los hechos y se haga una verdadera justicia. Sin embargo, para que esto suceda es necesario que se investigue a fondo la responsabilidad de los policías, jueces, comandantes y demás involucrados en este caso, mas no tratar de culpar únicamente al chofer que cometió el atropellamiento.
No es la primera vez que policías municipales se ven involucrados en casos de detenciones arbitrarias, tortura y asesinato, por lo que resulta indispensable que se haga justicia para Salvador Olmos y se acabe con la impunidad con la que los cuerpos de seguridad del estado actúan en este país.