Desde el interior de la lucha anticarcelaria: cartas de Fernando Barcenas

Fernando Bárcenas Castillo es un compañero de 21 años que está preso en el Reclusorio Norte de la ciudad de México desde el 13 de diciembre de 2013, sentenciado a 6 años de prisión por los delitos de ataques a la paz pública y asociación delictuosa; en diciembre de 2016 le fue negado el amparo directo por parte del poder judicial de la federación, con lo que su proceso jurídico ha concluido.

Gran parte del tiempo que ha permanecido encarcelado, la institución lo ha mantenido en diversas zonas de aislamiento bajo el argumento de que representa «un riesgo para la seguridad institucional». Por ejemplo desde finales de septiembre de 2016 se le mantiene en dicha situación como represalia a la última huelga de hambre que realizó.

Fernando ha desarrollado diversos proyectos de lucha anticarcelaria, como es el periódico El Canero, además de otras iniciativas colectivas de organización. El 9 de febrero de 2017 fue trasladado del Reclusorio Preventivo Varonil Norte al Centro de Ejecución de Sanciones Penales Varonil Norte, desde donde el compañero externa su postura de rechazo al régimen penitenciario y su negativa a participar en lo que esa instancia llama «reinserción social».

Hay razones por las cuales he dejado de escribir últimamente y una de ellas es quizás la falta de perspectivas y de vínculos reales. Sé que la salida no es aislarse y dejar todo a la suerte; sin embargo mi silencio dice mucho, dice que no estoy cómodo ni tranquilo, que no me identifico con las dinámicas que existen y las formas de luchar y entender la vida.

Ahora bien, estas palabras no tienen la intención de ser un reproche, sino todo lo contrario; intentar abrir posibilidades de comunicación…

Creo que la guerra que vivimos requiere de muchos esfuerzos y entre ellos está el intentar construir nuestras vidas al margen de las costumbres y valores que adquirimos en esta sociedad…

La cárcel está presente desde las zonas de segregación hasta los paseos por los parques de las grandes ciudades, esto lo entiendo y es por eso que me he dedicado a vivir y a luchar, en el lugar en el que me encuentro con múltiples factores que hacen la vida enjaulado un tanto estresante.

Aunado a todo eso en días recientes me han notificado el cobro de una multa por parte de la oficialía mayor con el monto de 35,650 pesos por alterar la normalidad ciudadana. Lo que me deja un tanto fastidiado pues de no cubrirse ese monto tendría que permanecer lo equivalente al monto en la prisión es decir 550 días más.

Las tensiones se recrudecen en la zona y la violencia es la única forma de desestresarse, aunque aún no descubro la forma de trasformar esa violencia en organización.

Por último quiero decir que esto no es un llamado a la “solidaridad” conmigo sino un simple panorama de mi situación actual que me ha llevado a escribir para no caer en la desesperación.

Y por último seguir intentando reapropiarme de mi vida y arrebatársela a la maquinaria de control.

Fernando Bárcenas

(1 de junio, 2017)

Escribo estas líneas rápidas para informar de mi situación actual…

Últimamente ha habido tensiones en la zona de segregación, conflictos internos y peleas por todo y a la vez por nada.

Aunque al final del día no hay que tener miedo al conflicto, después de todo estamos obligados a convivir, y a través de los desacuerdos que surgen se aprende poco a poco a tolerarnos en esta isla.

Estando apartados del resto de la población es difícil conseguir cosas y alimento… el rancho casi no llega y tenemos que amotinarnos cada dos por tres para tener derecho al alimento.

Esto sucede a diario, es una lucha silenciosa y cotidiana que se libra sin que nadie preste la menor atención; los custodios son hábiles negociantes que apagan las revueltas en un abrir y cerrar de ojos y una de las cosas que más contribuye a que todo sea un circulo vicioso es la adicción a las drogas de la mayoría de los castigados. Esto permite a los carceleros poder chantajear a los presos con castigos y recompensas; -si te portas bien te abro la reja y puedes conseguir dinero y drogas, -si te portas mal te encierro y no te drogas, es así de simple el sistema de disciplina.

Y como se abandona la idea de agredir y luchar con la autoridad, el desestrés cotidiano se descarga de presos a presos en una lucha de todos contra todos.

Aun así aprendo cotidianamente de las experiencias que surgen.

Si no he escrito últimamente hacia el “exterior” de estos muros es porque me he propuesto como ejercicio de aprendizaje práctico el analizar e intentar trastocar mis relaciones diarias y ahora que creo haber reflexionado bastante sobre mis comportamientos sociales quisiera compartirles mis aprendizajes. Y es por eso mismo que aprovecho para informar que el quinto número del periódico “El Canero” está casi listo. Y es allí a través de ese medio que podré explicar mejor mis ideas y propuestas para continuar la ofensiva en la lucha por reapropiarnos de nuestras vidas.

En rasgos generales así me encuentro actualmente con muchos ánimos y ganas de seguir fomentando e inventando nuevas formas de ruptura con mis propios dogmas, miedos y prejuicios.

Ahora bien, en el aspecto jurídico me ha llegado una notificación con la cobranza de la multa que me fue impuesta junto con la sentencia dándome aviso de que debe ser cubierto el monto de $35,550 pesos en un plazo de dos semanas que es cuando se vence el término.

Esta multa desde luego tiene que pagarse o en su defecto tendría que pagarla con tiempo de 550 días de prisión que serian independientes de los 6 años de mi sentencia…

En fin, por ahora es lo que ha sucedido, de cualquier forma volveré a escribir en los próximos días esperando que haya ánimos rebeldes.

Fernando Bárcenas

(4 de junio, 2017)

Para apoyar en el pago de la multa desde la Ciudad de México se puede hacer deposito en la cuenta

89641305400980 de Banco Azteca a nombre de Ana Castillo (Made de Fernando).

Para apoyos desde fuera de la ciudad pueden escribir a cna.mex@gmail.com