1ero de noviembre de 2014. No es la primera vez que la comunidad mexicana de Toulouse convierte la celebración del Día de Muertos en un acto político. Ésta vez, sin embargo, la gravedad de los hechos ocurridos el 26 de septiembre en Iguala generó una amplia participación en el corazón de la antigua ciudad occitana de Toulouse, la cuarta más poblada de Francia.
Allí, sobre la plaza central, se colocó un altar de muertos con una larga lista de homenajes: Digna Ochoa, Juan Vásquez Guzmán, las muertas de Juárez, los argentinos Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, el italiano Carlo Giuliani, entre otros, así como el ciudadano francés Rémi Fraisse, asesinado por la policía el pasado 26 de octubre durante una protesta contra la represa de Testet, al sur de Francia.
«En México y en Testet la policía y el Estado matan»
Como en Ayotzinapa, la muerte de este joven militante ecologista a manos de agentes del Estado ha causado indignación y congoja. Unidos por el dolor y la rabia que genera la represión en ambas partes del mundo, cientos de manifestantes se dieron cita en el Capitolio, una plaza de por sí muy concurrida en estos tiempos soleados. Y por si fuera poco, también los Kurdos salieron a manifestar su solidaridad hacia los habitantes de Kobané, al norte de Siria, que ahora enfrentan al Estado Islámico.
Kurda y libertaria. Marcha de solidaridad con Kobané, Siria.
Además de realizar diversas actividades, con la participación de cuatro bandas musicales y una representación teatral del asesinato y captura de los normalistas, los mexicanos se hicieron de la palabra. Algunos se dedicaron a distribuir volantes, incluyendo un extracto de Morir en México de John Gibler (2012), y a platicar en corto con la concurrencia. Otras, todas mujeres, tomaron el micrófono y explicaron las causas del altar para que los pasantes no fueran a pensar que se trataba de un rollo melancólico-folclórico, aunque siempre queda algo de eso cuando se está lejos del suelo donde uno nace.
México se cae en pedazos desde hace más de una década; el secuestro y la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa son el reflejo de una sociedad desgastada y de un Estado que ha elevado el terrorismo institucional a niveles nunca antes vistos —explicó una de las participantes. Pero es también gracias a ese reflejo, a ese espejo guerrerense, que ahora alcanzamos a ver el fondo del pozo para medir el tamaño del desastre.
En el acto político, repetido en dos ocasiones para aprovechar el arribo de nuevos contingentes, un grupo de jóvenes circulaba con pancartas referentes a la masacre de Acteal, a Atenco, al asesinato y desaparición de periodistas y de tweeteros. Mientras tanto, la oradora dimensionaba la complicidad internacional:
Queremos manifestar nuestra inconformidad ante las declaraciones del presidente François Hollande, en abril de este año, cuando expresó su apoyo al narco-presidente que actualmente gobierna en México. Hollande dijo textualmente: «Peña Nieto puede contar con Francia pues sus reformas son también nuestras». Con estas declaraciones vemos que el presidente francés carece de información acerca de estas violaciones sistemáticas a los derechos humanos que sufre la población mexicana. O tal vez sí está consciente de lo que pasa, pero se hace de la vista gorda para agradecer a Peña Nieto por haber abierto las puertas a las empresas transnacionales para que se sirvan de los recursos naturales de México, como son el petróleo, el gas, la tierra y las playas.
Caída la tarde, le correspondió a los manifestantes mexicanos acompañar en su marcha a los opositores de la represa de Testet. Sin embargo, la marcha contra el proyecto hidráulico ni siquiera había alcanzado a salir de la plaza cuando los granaderos, postrados en diferentes frentes, se dieron a la tarea de provocar un enfrentamiento. Enfurecidos por el reciente asesinato del compañero Rémi Fraisse, algunos arremetieron contra las «fuerzas del orden» lanzando improvisados proyectiles. Acto seguido, la policía dispersó a cerca de 2 mil manifestantes con gas lacrimógeno.
En las noticias, como siempre, quienes habían venido a demandar justicia fueron catalogados como «anarquistas» sin causa (aquí les llaman casseurs). Nadie cuestionó la violencia policiaca. ¿Qué podemos esperar del gobierno «socialista» de François Hollande que responde con represión ante el reclamo popular, aún tras haber matado «por error» a un joven ecologista?
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La única manera de mantenerse en el poder, por la fuerza, es asesinando a la población y asesinándose entre ellos mismos.
En México, el ejercito va escalando poco a poco y suavemente , hacia el poder, también asesinando, obviamente.
Que gran pesar que no sólo la imagen de México en el exterior sino ver que también su gente es reprimida y pueden hacer más conciencia desde el exterior .,GRACIAS MÉXICO ALLENDE LAS FRONTERAS.
Tarde pero seguro; para este #Halloween un bonito disfraz podría ser de estudiante de Normal Rural, o ¿qué tal de familia de #Tlatlaya? Quizás de habitante de #Ecatepec, o poblador de #Tamaulipas o #Guerreo o #Michoacán o … ¡¡Hay tantísimo para elegir caray!! Lo pendejos disfraces comerciales ya están caducos, los que te recomiendo ¡¡SÍ SON REALES!! Y para las hermosas mujeres qué tal el de costurera de #CiudadJuárez ¿eh? ¡Estarían más que a la moda idiotas decerebrados!