Chiapas: los presos salieron, ¡la lucha de Bachajón sigue!

La cárcel es uno de los peores infiernos que puede vivir un ser humano, es una de las armas del sistema capitalista para intimidar y someter  a los que protestan, se defienden, resisten y construyen. La cárcel es una de las peores pesadillas sobre todo cuando aquel o aquella que se encuentra recluid@ en algún cereso o cefereso resulta ser inocente, y todos saben que es inocente porque saben cuál es el motivo por el cual se les acusan de ciertos delitos, al parecer el único que no se entera de nada es el juez del juzgado que sentencia a los inocentes con ciertos años en la cárcel.

–Grupo de Trabajo No Estamos Todxs[1]

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El 24 de diciembre, Antonio Estrada Estrada, indígena tseltal adherente a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, salió libre –por fin– después de más de dos años de encarcelamiento. Su excarcelación se dio justo después de la de Miguel Demeza Jiménez, liberado el pasado 21 de diciembre y la de Miguel Vázquez Deara el 26 de junio de ese mismo año. Ambos son pobladores del ejido San Sebastian Bachajón y estaban recluídos injustamente en prisiones de Chiapas en el contexto de su lucha por la defensa del territorio ejidal y contra el despojo de sus recursos naturales. Sí bien el ejido ya no cuenta con presos, sigue resistiendo en un contexto de guerra que intenta acabar con su comunidad.

El caso: «una farsa jurídica y una simulación» (Lagunes)

En la tarde del 27 de diciembre, en el Espacio Cultural El Paliacate, en San Cristóbal de Las Casas, llegó Antonio junto con su abogado, Ricardo Arturo Lagunes, para dar una una conferencia de prensa. Los dos hombres relataron los hechos sucedidos desde su detención, el 7 de Agosto de 2011. Contaron como Antonio Estrada fue agarrado ese día al salir de su casa, –sin orden de aprehensión ni orden ministerial– para luego ser llevado a Palenque. Incomunicado y desaparecido durante más de veinticuatro horas, fue sujeto a torturas que le provocaron que una nariz torcida y le fracturaron una costilla. Los ataques sucedieron en las propias oficinas del ministerio público, antes de que fuera trasladado hasta la ciudad de Ocosingo.

Al día siguiente, el 8 de agosto de 2011, le trasladaron nuevamente, cerca del banco de grava de Bachajón. Ahí fue donde seis elementos policiacos inventaron su delito, creando la escena de un ataque donde supuestamente le detuvieron en flagrancia por «asalto, delincuencia organizada y portación de armas del uso exclusivo del ejercito». Poco después, consiguieron una confesión bajo tortura. Antonio Estrada fue sentenciado a siete años de prisión.

Eso es tan sólo un ejemplo de la persecusión que se ha realizado en contra de los pobladores de San Sebastián Bachajón desde el 2011, por parte de autoridades ejidales oficialistas y gobiernos municipal, estatal y federal. Este ejido es uno de los más grande del país, cuenta con más de 4,000 ejidatarios y una gran biodiversidad con cantidad de flora y fauna. Cabe subrayar que también está ubicado muy cerca de las cascadas de Agua Azul, que el gobierno quiere convertir en un sitio turístico de clase mundial; la zona atrae los intereses de empresarios nacionales como internacionales creando conflictos para la propiedad de esas tierras ricas en recursos naturales.

El territorio como botín de guerra

Durante la conferencia de prensa, Antonio Estrada Estrada y Ricardo Arturo Lagunes denunciaron a Francisco Guzmán –ex-comisariado ejidal afiliado al Partido Revolucionario Institucional– y a Juan Álvaro Moreno y Manuel Jiménez Moreno por ser responsables de los hechos de violencia ocurridos en la zona.

«Son la misma gente del partido oficial que en otros momentos ha participado en acciones violentas como el desalojo del 2 de febrero de 2011 de la Caseta de ingreso a las cascadas de Agua Azul», aclaró el abogado. A partir de esa fecha, fuerzas policiacas y militares detuvieron a más de 100 ejidatarios, quienes salieron hasta junio de 2011. De ahí, «el estado apostó por golpear de manera selectiva a la organización» nos comentó Ricardo Lagunes. En este marco, los encarcelamientos de Antonio Estrada Estrada y Miguel Demeza Jiménez sirvieron como ejemplos dentro de una estrategia que busca propagar el miedo en la comunidad y para intentar callar la protesta social.

Paralelamente, la zona fue militarizada y el gobierno de Juan Sabines, ex-gobernador de Chiapas, firmó un convenio con las autoridades ejidales reconocidas por el estado para que le otorgaran tierras. Cediendo a los intereses estatales, esas autoridades cooptadas rebasaron a la asamblea, principal autoridad del ejido y figura histórica transcendental de los pueblos indígenas. En palabras del abogado:

«Es el grupo que el propio Estado ha empoderado no solamente para encarcelar sino para despojar de manera ilegal las tierras comunales».

Todos estos hechos sólo confirman la voluntad del estado de desgastar la base social de la comunidad y de dividir aún más al ejido, «infundiendo una ambientalidad individualista y que vaya desmoralizando y desintegrando sus estructuras más colectivas y comunitarias» continúa Lagunes.

Ante el desgaste económico, psicológico y social, frente a la cooptación de autoridades, el despojo de las tierras comunales y una brutal represión donde murió Juan Vázquez Guzman en abril de ese año[2], el ejido de San Sebastián Bachajón se ha vuelto en una verdadera zona de guerra de baja intensidad. A pesar de ello, los ejidatarios siguen resistiendo y afirman que la muerte del compañero, más que acabar con su movimiento, dio una razón más para seguir luchando.

Mientras Miguel Demeza Jimenez salió absuelto, la libertad de Antonio se da frente a un escenario jurídico en el que se le mantiene como culpable y sus antecedentes son registrados y después de presentarse un amparo ante las autoridades judiciales por las violaciones a Derechos Humanos que ha sufrido.

La lucha no ha terminado

El defensor legal también subrayó que las liberaciones sucedidas últimamente “son un momento importante de la lucha del ejido de San Sebastián Bachajón, que se logró gracias a la solidaridad nacional e internacional” y agradeció a lxs compañerxs del Movimiento por la Justicia del Barrio en Nueva York, organización adherente a la Sexta, quienes además, enviaron una carta de solidaridad que fue leída durante la conferencia. También saludó a muchos otros colectivos, medios libres y otras organizaciones por su apoyo.

El mensaje final quedó claro: los pobladores de San Sebastián Bachajón siguen decididos y con fuerzas para defender su identidad, su territorio y el respeto a sus derechos fundamentales como pueblo indígena; y reclaman justicia e investigación sobre los autores intelectuales y materiales del asesinato de Juan Vasquez Guzmán, hasta ahora impune.

«Juan Vázquez Guzmán siempre estuvo muy al frente del pueblo, de lo de ejidatarios, fue como portavoz de los compañeros porque somos muy pocos los que hablamos un poco lo que es el castellano, somos muy pocos los que sabemos leer y escribir y por eso, somos portavoces ante nuestro pueblo, y fue por eso que mandaron a matar a nuestro compañero, simplemente por alzar la voz y defender nuestro territorio, a la madre tierra y los recursos naturales que tiene el ejido.»[3]

Finalmente, exigen la libertad de Alejandro Díaz Santis –preso en en CERESO 5–, con quien Antonio Estrada Estrada pudo conversar unos minutos antes de la conferencia.

Referencias:

  • [1] Grupo de Trabajo No Estamos Todxs. «Denuncia de Antonio Estrada, preso político del ejido San Sebastián Bachajón, Chiapas» (20 de octubre de 2013). pozol.org
  • [2] José Aureliano Buendía / SubVersiones (3 de Junio de 2013). «San Sebastián Bachajón, despojo y violencia del Estado mexicano». subversiones.org
  • [3] Domingo Pérez en entrevista (inédita) con SubVersiones (14 de noviembre de 2013).

Audios de la conferencia:

  • Conferencia de prensa por la libertad de Antonio Estrada Estrada 27/12/2013. archive.org
  • Conferencia de Prensa por la libertad de Miguel Demeza 24/12/2013. archive.org

Más información sobre el caso: