Por la Colectiva Histeria
Texto de V de Vayaina
Fotos de Ramona Gómez
Video de Polly Krac
El pasado lunes 27 de octubre, al calor del posh y de la sonrisa de las compañeras, se inauguró en la Universidad Autónoma Metropolitana, plantel Iztapalapa, la exposición colectiva «Miradas Contra la Violencia», a cargo de la Colectiva Artes en Resistencia. Las edades, las nacionalidades y los entornos, poco importan cuando de verdad se tiene la determinación de generar alianzas por una lucha en común, muestra de ello son las compañeras que componen la colectiva, pues su trabajo en equipo refleja el reconocimiento en la otra, su unión y la alegría combativa que se desprende de unas ganas genuinas de lograr un cambio en la sociedad.
La exhibición forma parte de la Campaña en contra de la violencia hacia las mujeres en Iztapalapa, y atiende la problemática de una de las delegaciones con mayor incidencia en agresiones por motivo de género. La campaña, que inició en octubre de 2103, tiene como propósitos contribuir a erradicar la violencia y la discriminación hacia las mujeres, visibilizar que la violencia de género es un problema estructural, abrir espacios alternativos de reflexión sobre el papel de las mujeres en la sociedad, así como sensibilizar sobre temas de violencia de género y generar propuestas de acción colectiva para combatirla.
Miradas contra la violencia, las historias
Esta exposición consta de una serie de fotografías y un cuento por parte de 5 fotógrafas y, claro, una cuentista; además de las curadoras Alba Yesica Jaimes del Río y Verónica Barragán Vázquez. Las fotografías desestabilizan la percepción de aquellos ojos cuya visión ha absorbido la violencia de manera natural. Ponen bajo la luz problemáticas que se relegan al ámbito doméstico o personal, que es una manera de frenar cualquier posibilidad de acción directa y colectiva, pues así se le resta importancia y se adopta una postura individualista.
Para quienes impulsamos esta campaña es necesario denunciar que vivimos un momento histórico en el que pareciera que la violencia es la única forma de relacionarnos; indiferencia, feminicidios, desapariciones, golpes, agresiones «sutiles» contra nuestras ideas y nuestros cuerpos disfrazadas de «lo normal», o «lo que debe ser».
Los ejes temáticos que se retratan son variados, pero todos responden a una manera de violencia estructural, pues es un mecanismo de control a pequeña escala que el sistema implanta en las subjetividades para asegurarse de que sigue operando, aunque no sea de manera directa.
Tal y como lo afirma la fotógrafa Beatriz Blanco, respecto al rol que se impone en las mujeres: «La mujer como servidumbre, como centro de la perpetuación del sistema neoliberal y cautiva de los mandamientos heteropatriarcales y católicos». Beatriz retrata lo que significa ser mujer en la vejez, es decir, la invisibilidad y el desamparo en el que se hallan cuando no cuentan con un sustento económico propio, pues al dedicar toda su vida al trabajo doméstico no remunerado, no disponen de una pensión. Beatriz también nos regala una mirada hacia la rebeldía que abrazan las mujeres cuando han llegado a una edad en la que ya han aprendido suficiente.
Juana Villada, continúa con el trazo de la vejez mientras denuncia la violencia institucional por parte de organismos gubernamentales dedicados al cuidado de la salud, la burocracia y la indiferencia por la vida. Del mismo modo, nos muestra La danza de los diablos, una fotografía que tomó durante la Guelaguetza en la que señala la relación entre violencia y las formas en las que se representa a las mujeres tradicionalmente, así como la postura que solemos tomar de espectadores ante actos de esta índole.
Itzel García Lozano, por otro lado, nos muestra aquella violencia que es más difícil de percibir: la violencia interiorizada, es decir, la violencia que habita dentro nosotrxs y que reproducimos, muchas veces, de manera inconsciente, en las acciones cotidianas. Este tipo de violencia se manifiesta en el odio hacia nosotras mismas y nuestros cuerpos, y en la manera en que conducimos nuestras relaciones interpersonales.
Uno de los retratos tiene la particularidad de estar dibujado por medio de palabras. Se trata de un cuento que acompaña una fotografía, de la misma autora, Susana Bautista Cruz, en donde relata la historia de «Nadie», una mujer migrante que sólo lleva unas monedas en la bolsa, y a su pequeña hija. Vale la pena leerlo, pues el dominio con el que recrea los paisajes, la naturalidad en los diálogos y la sutileza para revelar lo oculto, nos hace escuchar el sonido de aquello que rara vez se enuncia: la violencia en contra de las mujeres aún por parte de compañeros de grupos marginados.
La exposición finaliza con un llamado a levantarse, pues la fotógrafa Norma Leticia Mendoza Jiménez, nos regala unas imágenes llenas de fuerza e inspiración. Se trata, nada menos, de la resistencia y la lucha contra la violencia de Estado, por parte de las compañeras zapatistas que encarna una de las tantas acepciones de la palabra dignidad.
Lo que sigue…
Esta campaña se compone de dos etapas. La primera consiste en promover una consciencia y sensibilización respecto al género, y una postura por la no violencia. Tales acciones se desarrollan por medio de talleres y actividades que se realizan en plazas públicas y centros sociales.
La segunda etapa, se trata de una acción colectiva, la cual tomará forma mediante la réplica de la instalación de Arte Público Zapatos Rojos, de la artista Elina Chauvet. Esta instalación se ha presentado en varios países y surge como una llamada de atención tanto a nivel mundial, como al gobierno de Ciudad Juárez ante los feminicidios que no han cesado desde 1993. Es también una muestra de solidaridad hacia todas aquellas mujeres que han padecido este tipo de violencia, a sus familias y gente cercana, a las sobrevivientes y a aquellas que ya no están con nosotrxs. La cita es este viernes 31 de octubre de 2014, en la explanada de la delegación Iztapalapa, en donde además de la acción colectiva, habrá mesas de reflexión sobre violencia, arte y derechos humanos, se celebrará el segundo Festival de Artes en Resistencia, y se exhibirán nuevamente estas fotografías.