Paro en la UACM: porque nada humano me es ajeno

Fotografía: Mario Marlo

En esta ocasión, lo que detiene el tránsito de la avenida insurgentes no es un choque o una construcción como las que acostumbra el Gobierno del Distrito Federal. Es una marcha estudiantil en contra de una imposición, no la presidencial -a esa denuncia se suma otra local: la restitución del Tercer Consejo Universitario de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM).

Llegaron cientos de estudiantes, académicos y trabajadores uacemitas, así como gente solidaria con la lucha que ellos libran actualmente, por el respeto a las decisiones colectivas que fueron ultrajadas el pasado 10 de agosto durante la elección del Consejo. Un proceso “lleno de irregularidades (…) después del día de las elecciones también hubo problemas: las boletas electorales, el día que debían llevarse las elecciones a cabo, no llegaron. Supuestamente se equivocaron de plantel y hubo también otras muchas irregularidades dentro del plantel Cuautepec. Tanto Luis Piña como su servidor, Víctor Campos, ganamos las elecciones para consejero universitario, sin embargo, el día que el CU [Consejo Universitario] da los resultados, ya no aparecemos como ganadores, aparecen Jacobo Venegas y Malaquías Bazán…”

En general, en la UACM, se echaron para abajo 11 fórmulas, todas ellas de personas críticas a la administración de la rectoría de la señora Esther Orozco. Hay varios argumentos. Por ejemplo, en San Lorenzo Tezonco se alega de que las compañeras repartían café y pan para comprar el voto; en el caso de Cuautepec es supuesto proselitismo repartiendo periódicos e incitando a la gente a que votara por nosotros, lo cual tenemos pruebas de que es falso. Sin embargo, el Consejo Electoral en su debido momento nunca nos notificó que estábamos impugnados, nunca nos notificó qué día y dónde se iban a resolver las impugnaciones, simplemente aparecen.

El Consejo Electoral (CE) tiene dos días hábiles para recibir las impugnaciones, comenta Víctor. Y, cuando las reciben, ellos no se enteran de nada: ni quiénes las presentan, ni quiénes son los perjudicados, nunca se permite el desahogo de pruebas, careos ni nada. Todo el proceso se hace a puerta cerrada, lo cual quebranta la Ley de la Universidad[1], la cual dice que todo acto del CU y del CE debe ser público.

Las gotas se incrustan en las pestañas y en la boca, aún así, la comunidad atiende al mensaje que emite un compa en nombre de los estudiantes paristas. Las mantas están extendidas en el suelo; a unas y a otros se les derrite la pintura rojinegra del cuerpo o de la cara; a su vez, Víctor Campos, estudiante de 4to semestre de Historia y Sociedad Contemporánea del plantel Cuautepec y consejero universitario electo por el Colegio de Humanidades y Ciencias Sociales, con la lluvia entre los dientes, nos cuenta por qué cuatro de los cinco planteles de la Universidad se encuentran en paro estudiantil. (El que faltaba por cerrar, Casa Libertad, fue tomado al siguiente día, el 28 de septiembre, a un mes de que en el plantel Del Valle comenzara la protesta).

Fotografía: Mario Marlo

A diferencia de otras universidades donde el consejo no es instancia última de resoluciones; el Consejo Universitario es el máximo órgano de gobierno en la UACM. La rectoría, en cambio, sólo se encarga de lo administrativo y lo jurídico, además de ser su representante legal. Los representantes del CU son 50% estudiantes y 50% docentes, con derecho a voz y voto. También participan el rector, los coordinadores de planteles y los de colegio, así como dos representantes del personal administrativo. Dicho órgano es el responsable de ver el presupuesto de la universidad, las modificaciones a los cursos, el sistema de becas y otras[2], es decir, mientras la rectora incide en la formulación de planes de estudio, por ejemplo, el CU decide si se aprueba o no.

“Lo que empieza a hacer –la rectora- es tratar de volverla una escuela tecnócrata, lo que intenta es implementar unas carreras de corte diferente, quitando el humanismo de la universidad; por ejemplo, le da mucho énfasis a ciencias genómicas, a las ingenierías, lo cual no considero que esté mal pero no tendría por qué tener más importancia que otras, el presupuesto va más para allá que para las otras academias entonces ahí es donde vemos lo perjudicial, nosotros, ¿no? Que los recursos se han gastado de manera discrecional”[3], cuenta Víctor.

La UACM no realiza un procedimiento de selección, sino que considera que todos los registrados tienen la misma oportunidad de ingreso. Sin embargo, debido a que no cuenta con la posibilidad de admitir a todos los aspirantes, acude a un sorteo ante notario público, los solicitantes que no son favorecidos en el primer periodo son considerados en lista de espera y tienen la posibilidad de ingresar en el siguiente ciclo, dependiendo de la capacidad de la Universidad.[4] (…) ella –Esther Orozco- lo que pretende hacer es esto: que la universidad haga un examen de selección como en otras universidades, contraponiendo la legalidad de la universidad en la cual no tiene contemplado ni un examen de admisión ni mucho menos por considerar que son filtros en los cuales la comunidad universitaria de más bajos recursos, sobretodo, no podría entrar a la universidad. Tenemos el caso de la UNAM con un porcentaje de rechazados altísimo. En la UACM, se trata de que eso no suceda (…) ahora ella implementó nuevas carreras como nutrición, protección civil, ciencias genómicas, entre otras, en las que les hace firmar un contrato, prácticamente, a los estudiantes de que tienen que entrar a esas carrera y no cambiarse ya dentro, lo cual también va en contra de lo que establece la universidad ya que puedes cambiarte en el momento que tú decidas que es pertinente. Entonces, son varias cosas que ha hecho que se contraponen al proyecto original de la UACM.

Fotografía: Mario Marlo

Entonces, es el Consejo Universitario el que puede y debe darle seguimiento a las irregularidades que se han identificado durante la administración de la rectora Esther Orozco. Por lo tanto, la imposición de consejeros universitarios afines a ella no es casual sino que conlleva intereses que la misma ha hecho explícitos desde su inicio en la rectoría. Por un lado, al denostar a la universidad por las escasas personas tituladas en dicha institución, así como plantear la necesidad de modificar el sistema para ingresar en ella, además de priorizar unas carreras, las ciencias exactas, sobre otras, las humanidades y ciencias sociales; aquellas que están relacionadas con su rama de estudios[5].

Es evidente, a pesar de los problemas entre estudiantes paristas y quienes están en contra del cierre de planteles, el rechazo al fraude electoral.[6] Si se compara la marcha realizada por el Consejo Estudiantil de Lucha (CEL), en contra de la imposición del Tercer Consejo Universitario, y quienes participaron en la convocatoria de la rectora; alrededor de mil personas contra 120, respectivamente, según estimaciones de Víctor Campos. “…posiblemente sería un llamado para la señora y su administración de si tiene interés en resolver el problema se siente a dialogar con nosotros, que instalé el 2º CU que ganó en las urnas según las actas de escrutinio, que se respete el resultado de la mayoría, que se instale el CU, y entonces ya podríamos hablar de una posible apertura de los planteles pero creemos que la solución al conflicto es el diálogo y no la fuerza pública como ella la ha estado evocando en las últimas ocasiones.”

Por fin, después de varios jaloneos en la frontera entre el diálogo y la violencia, el viernes 5 de octubre se instalaría una mesa de diálogo en la que participan dos comisiones: una compuesta por la rectora y nueve consejeros universitarios (según actas de escrutinio) de los sectores académico y estudiantil, y otra compuesta por cinco estudiantes del CEL y cinco académicos (consejeros universitarios según actas de escrutinio e integrantes del Foro Académico de la UACM); las Secretarías de Gobierno y de Educación del Gobierno del Distrito Federal, representadas por Salvador Martínez della Rocca; y la Dra. Esther Orozco, quien llega hasta en la noche, no al inicio del diálogo.

En calidad de observadores, asisten Enrique Dussel, los antropólogos Héctor Díaz Polanco y Gilberto López y Rivas, el astrónomo Manuel Peimbertm, el físico Luis de la Peña, el investigador y especialista en temas de educación Hugo Aboites y el académico y articulista de La Jornada, Carlos Fazio. Asimismo, participan las siguientes organizaciones de derechos humanos: Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos A.C., Comité Cerezo México, Centro de Derechos Humanos Fr. Francisco de Vitoria O.P.  A. C., Centro de Reflexión y Acción Laboral México, Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez A.C., Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos), Amnistía Internacional sección México, Colectivo de Abogados Zapatistas A.C. (CAZ), y como mediadora la organización Servicios y Asesoría para la Paz (SERAPAZ).

Se forma una comisión mixta con tres integrantes de la comunidad universitaria para cada parte: Samuel Vázquez, Miguel Ángel del Moral y Manuel Gutiérrez Natividad, por un lado; Mónica Oliva, Karla Montalvo y Carlos Villanueva. La cual es acompañada por Carlos Heredia, Enrique Dussel, Leoncio Lara, Enrique Fernández Fassnacht y Miguel Concha. Entre ellos dictaminarán sobre los casos impugnados y si fue legal la instalación del Tercer Consejo. Reanudarán el diálogo el lunes 8 y realizarán su pronunciamiento 72 horas después.

Fotografía: Mario Marlo

El agua ya sólo escurre por el cabello y es succionada por el cuerpo involuntariamente desde la ropa empapada, el viento también se entromete mientras el compañero impugnado hace un llamado: “A todas las organizaciones, estudiantes y demás, invitarlos a que se sumen a la lucha por la legalidad, por transparentar la UACM y su máximo órgano de gobierno; queda claro que la lucha no es sólo por la UACM sino por la educación pública del DF y del país. Proyectos como la UACM tenían más de 30 años que no existían en el país, de universidades públicas completamente gratuitas, entonces todos juntos tenemos que defender la legalidad, defender este modelo crítico, científico y sobre todo humanista, entonces hacer un llamado a la unión de todas las universidades, todas las organizaciones sociales, a que todos juntos defendamos la legalidad y defendamos sobre todo una educación pública y gratuita.”

Porque Nada Humano Me Es Ajeno, no desistiremos ni claudicaremos hasta conseguir la legalidad y legitimidad, arrebatada por el fraude y la imposición.[7]

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