EZLN, un legado de lucha construido en 20 años de faena

Colectivo Editorial
Fotografía de portada: Saray
Video: Aldo Santiago

Se han cumplido veinte años del levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. El contexto nacional desde 1994 hasta nuestros días ha cambiado estrepitosamente y muchos procesos sociales se han desatado. No hay mejor ejemplo que la propia lucha por la transformación de la realidad hacia una vida más justa y libre, eso es lo que ocurre de manera continua en varias regiones de México.

Mientras estas líneas se escriben, los vasos comunicantes del legado zapatista cobran sentido y forma en muchas de las acciones que se llevan a cabo para defender la vida; para encarnar lo que se conoce, desde las palabras de los comuneros de Cherán, como una lucha por la vida y el territorio. Conversando con muchos comuneros de otras tierras en el mismo Michoacán, en Guerrero, en Morelos, en la Huasteca, en Oaxaca, en Jalisco y Colima, en Puebla, en el sur de la Ciudad de México, trabajadores de maquilas y fábricas en Chihuahua y Nuevo León, las palabras coinciden y refieren a la necesidad de preservar la vida de la inseguridad. De esta manera, afirman muchos, se ha llegado a una conciencia más amplia, con una visión más completa que muestra que no es el camino lleno de trampas que ofrece el Estado lo que ayudará a cumplir con los objetivos de sus luchas.

Se trata de lo que se llama autonomía. No siempre se conoce esta palabra pero las prácticas de las luchas populares conducen a este sentido de libertad y responsabilidad. Uno de los legados del zapatismo es esta capacidad de acción y de consciencia simultáneas que no se borran ni con el mayor operativo represivo posible.

Visiones compartidas

Desde este esfuerzo de comunicación en el que estamos ya involucradas varias personas, consideramos pertinente contar con algunas opiniones acerca de la relevancia del aniversario zapatista y los aspectos que les parecían más relevantes a quienes amablemente nos aportaron su palabra. Esto es lo que nos dijeron:

Saludando banderas mexicana y zapatista. Foto: Andalucía Knoll

Saludando banderas mexicana y zapatista. Foto: Andalucía Knoll

Para Ita “el calendario de la resistencia ahora marca un momento de reconocimiento y reflexión sobre el camino que la praxis zapatista ha construido bajo su propio ritmo. La guerra del 94, como hemos visto, no fue poesía: hay armas, balazos, sangre, muertxs. Esos días de levantamiento también trajeron muerte, sumado a lo que de por sí las comunidades indígenas habían sufrido: olvido, desprecio, miseria”.

Por otro lado, Karla considera que “el punto de partida es pensar lo que significa veinte años de resistencia desde las comunidades zapatistas, que han resistido los embates del gobierno en su intento por acabar con la organización. La lucha constante y cotidiana para conformar un sistema de justicia y de organización autónomo, que enfrente el tema de la pobreza en la región de una manera incluyente.”

Contrario a la efervescencia mediática, Ingrid afirma que no sabe “si es el aniversario del levantamiento lo que es importante. Lo importante es que podemos participar, festejar y recordar un levantamiento armando con una nueva generación de compas que ni siquiera formaron parte o ni habían nacido cuando los encapuchados asustaron al poder el 1 de enero de 1994. Son nuevas generaciones que no han caído en las trampas de los poderosos y que forman el nuevo frente de lucha en contra de los ignorantes de arriba. «Su mundo se está derrumbando», nos dijeron con firmeza en el Caracol, creo que un compañero de 19 años”.

Amaranta nos comparte su palabra y subraya que “con 20 años de resistencia, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional es el referente primordial de autonomía en México porque ha logrado construirse a partir de trabajo diario y lucha. Han negado al Estado y todo lo que viene de él y crean con sus manos y los colores de su palabra una vida digna. El levantamiento armado fue el paso para tomar las tierras que les pertenecían como pueblo, trabajadores y protectores de las montañas, la selva y la vida.

Nueva mirada. Foto: Andalucía Knoll

Nueva mirada. Foto: Andalucía Knoll

Muy en el tenor de lo que la Escuelita Zapatista para la Libertad aportó de manera inmediata, Elis comenta lo siguiente: “Durante este tiempo lxs niñxs nacieron libres, y se convirtieron en jóvenes libres que hoy traen al mundo hijxs libres también, pero esta vez con una libertad acumulada que hace que las historias de injusticia, explotación y mal gobierno se sientan remotas, como los cuentos de lxs abuelxs”.

Finalmente Samadhi hace un balance que cierra esta reflexión: “Porque el factor tiempo ya es un indicador importante de un proceso de autogestión que realmente se posiciona a escala histórica, es decir que no fue simplemente un acontecimiento de orden coyuntural o momentáneo, sino que ha crecido y tomado rumbo definido y fuerza hacia el logro de los objetivos planteados por sus integrantes desde el inicio. El aniversario de los veinte años del levantamiento armado del EZLN en relación con las condiciones de vida que tienen actualmente las comunidades zapatistas da cuenta de una victoria, la victoria sobre un sistema que le apostaba al olvido, al aniquilamiento, a la destrucción y a la deserción. Eso no ha ocurrido. Resulta que más allá de los actos de hostigamiento, de los intentos de dividirlos, del cerco mediático o de la atención pública o falta de ella, en la intimidad de aquellos rincones chiapanecos, en el día a día, miles de hombres, mujeres, niñxs, jóvenes y ancianxs han sostenido una lucha perseverante que hoy por hoy es un estilo de vida al límite del Estado mexicano, siguiendo sus propias ideas, normas y nociones de libertad, democracia y justicia y demostrando con alegría y dignidad que ese otro mundo de autonomía y comunidad, donde el pueblo manda y el gobierno obedece, sí es posible”.

Los Originarios de San Andrés en el 20 aniversario, Oventik. Foto: Andalucía Knoll

Los Originarios de San Andrés en el 20 aniversario, Oventik. Foto: Andalucía Knoll

[powerpress url=»https://subversiones.org/wp-content/uploads/2014/01/CCRI-Hortensia-Oventik-1ENE2014.mp3″] El Comité Clandestino Revolucionario Indígena en voz de la Comandanta Hortensia

Foto: Ranjhouz

Discurso de Hortencia en Oventik, 1 enero 2014. Foto: Ranjhouz

A pesar de que estos veinte años de resistencia zapatista han sido varias veces señalados, tal vez sea necesario preguntar cuáles son los aspectos concretos que han dejado marcadas a las compañeras que compartieron su palabra.

Para Ita es fundamental que “las bases han construido poco a poco su propio análisis de la realidad y sobre todo logrado un grado de consciencia política que les permite apropiarse de un proyecto emancipador de largo alcance. El zapatismo en parte ha logrado superar la consciencia desarrollista/asistencialista que rodea el activismo pro-indígenas de carácter neocolonial, trascender ese discurso y luchar por sí mismxs, las trece demandas sin ayuda del mal gobierno”.

Samadhi amplia su reflexión y se expresa con mucha certeza: “me pareció remarcable observar la honestidad y la sencillez con la que aceptan que estos veinte años han sido un gran proceso en el que han utilizado mayormente el método de ensayo y error. Las y los zapatistas tienen en general, mucha claridad al respecto de lo que implica un proceso de aprendizaje continuo y de autogestión que se inició desde cero y en condiciones sumamente adversas. Han demostrado mucha sensatez al aceptar que aún falta mucho camino y que el movimiento avanza paso a paso de la mano todas y todos. Ahora, ya con la libertad de trabajar y gozar del beneficio de lo que producen sus tierras, tras la ardua labor de defenderse de los enemigos, de organizar su autogobierno y su autosustentabilidad, buscan afianzar un sistema social que garantice la salud y la educación para todxs, por lo que me parece que el camino que están tomado es el de un estado (de estar) social de bienestar real, en la praxis, como dije, paso a paso. Otra labor sumamente admirable son los trabajos colectivos; cada quien trabaja una parte de tierra y/o cría de animales para consumo familiar y además todxs asumen la responsabilidad de participar en los diferentes trabajos colectivos que son los que permiten a las comunidades gestionar recursos y cubrir las necesidades para las que aún no producen ellos mismos el sustento, estas dinámicas generan una cohesión social que creo que casi no se da en las ciudades o pueblos de la cultura occidental actual”.

Por último, ella resaltaría “la enorme capacidad organizativa y de comunicación para gestionar una experiencia tal como la Escuelita Zapatista, que desde mi punto de vista es un experimento social de alto impacto y gran alcance, un nuevo y gran acontecimiento histórico en el que las comunidades en resistencia recibieron a visitantes de prácticamente todo el mundo para intercambiar miradas, voces, para mostrarse a sí, a sus hijos e hijas, sus tierras, sus formas, sus tiempos, ante la gente de las ciudades, de otros pueblos, de lugares lejanos. Una muestra de valor, de gran generosidad, de humildad en su trato, de apertura y disposición a compartir sus casas, sus alimentos, sus vivencias, así como a recibir las de otros y otras que son sumamente diferentes a ellos y ellas. En el mejor de los casos huéspedes y anfitriones compartimos algunas características que parece que los foráneos buscamos rescatar: la humanidad, la solidaridad, el deseo de construir un mundo mejor y el valor para poner en práctica las propias ideas y expresar los propios sentimientos, afrontando la probabilidad del error pero también del aprendizaje, intentando mejorar siempre de nuevo”.

Encaminados para otros 20 años. Foto: Ranjhouz

No queremos con esto dar por cerrado el camino de aprendizajes que un movimiento tan amplio y tan completo en sus propuestas políticas nos pone como reto. Es tan sólo una muestra de la huella que ha dejado el caminar de mujeres, hombres, niños y niñas que dan vida a las bases de apoyo y a las fuerzas rebeldes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

 

There is one comment

  1. José Luis Valdés

    La teoría desde la práctica. Qué gran experiencia, qué gran aprendizaje. Nada más, ni nada menos, es como el ser humano ha ido aprendiendo, sistematizando el aprendizaje por milenios; teorizando y volviendo a la práctica, e ir asimilando las leyes naturales del aprendizaje. He escuchado y leído gente, que no les pide, les ¡exige más!, incluso, les echa en cara, porque no han actuado más allá de su terruño.
    Y me pregunto, cuántos de esos «duros exigentes», hacemos nada; ya no sólo para nuestro entorno, para nosotros mismos y nos echamos panza pa’rriba, esperando a que ustedes hagan lo que a nosotros corresponde.
    Ustedes han hecho escuela, figurada y literalmente hablando. Están haciendo lo propio y el ejemplo a seguir, día a día y con altos costos tan terribles, que han tenido que pagar hasta con su propia sangre.
    Mis hermanos, gracias por decir haciendo, que lo imposible es posible. Si se quiere se puede. Pero es obvio señalar que, es imprescindible trabajar con organización, valor y unidad. Así, por supuesto que se puede.
    ¡¡¡FÁCIL, NO ES…!!!!

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