Volver a casa: segunda asamblea del CNI-CIG

«Cuando estoy con ustedes, siento que estoy de vuelta en casa», dijo doña Francisca Ramírez ante la segunda asamblea entre el Concejo Indígena de Gobierno (CIG) y los pueblos que conforman el Congreso Nacional Indígena (CNI), en el CIDECI-Unitierra de San Cristóbal de las Casas. Luego de más de un mes fuera de Nicaragua denunciando la violencia de Estado del régimen orteguista, doña Francisca encontró aquí un sitio parecido a su hogar.

No es casualidad que, desde su fundación hace 22 años, el CNI se haya propuesto ser la casa de todos los pueblos del país. Y aunque funcionen «como asamblea cuando están juntxs, y como red cuando están separadxs», los pueblos que lo conforman han encontrado allí un espacio para encontrarse, cuidarse y organizarse. Una casa.

En este mismo espacio, durante la asamblea de su XX Aniversario en 2016, los y las delegadas decidieron conformar un Concejo Indígena de Gobierno cuya voz fuera materializada por una mujer que buscara registrarse como candidata independiente a la presidencia en el proceso electoral de julio de 2018.

Dos años después, esta segunda asamblea entre el CNI, el CIG y el EZLN fue el momento de volver a casa para repasar lo que se ha caminado y prepararse para los siguientes pasos. Una cosa quedó clara: sin importar quién ocupe la dirección de «eso que llaman Estado mexicano», el CNI y el CIG continuarán organizándose para fortalecer, por la vía de los hechos, las autonomías de los pueblos que lo conforman.

Así, uno de los anuncios organizativos más importantes de la sesión plenaria del domingo 14 de octubre fue la consolidación de diez mesas temáticas de trabajo: tierra y territorio, autonomía, mujeres, jóvenes, disidencias sexuales e identidad de género, justicia, personas con discapacidad, migrantes, trabajo y explotación y educación, cultura y arte. Cada uno de esos grupos será el encargado de mantener el trabajo permanente y cotidiano, que permite que el CNI siga existiendo a más de veinte años de su fundación.

Además de de los planes de trabajo, el fortalecimiento de los pueblos fue notoria en los mensajes, saludos y anuncios de los pueblos que conforman el CNI. El pueblo nahua de Mezcala, Jalisco, por ejemplo, anunció que en asamblea extraordinaria decidió cerrar y controlar de manera autónoma los accesos a su territorio. Mientras, sus hermanos nahuas de San Pedro Talnixco invitaron a un encuentro de medios del CNI el 17 y 18 de noviembre próximos. Además, el CNI anunció el lanzamiento de una campaña internacional por la liberación de lxs seis presos políticos de ese pueblo del Estado de México.

Otra de las tareas fundamentales de esta asamblea fue discutir las valoraciones que realizaron, durante todo 2018, las redes de apoyo al CIG y todxs quienes decidieron apoyar su lucha. A ellxs, el CNI recomendó paciencia y seriedad. Más de quinientos años de resistencia les brindan la posibilidad de hacerlo. La lucha no es fácil, dijeron, ni corta. Es un trabajo largo y cotidiano, y es tarea de las redes urbanas de apoyo al CNI-CIG evaluar seriamente sus capacidades organizativas y saber si realmente pueden continuar caminando.

Desmontar, desarmar, destituir

Todas las acciones que anunció el CNI-CIG tienen un horizonte definido: continuar organizándose, trabajando paso a paso para seguir construyendo, desde abajo, sus autonomías. El pronunciamiento final de la asamblea es claro: el cambio de mando en el Estado mexicano, y sus vagas promesas no harán que el CNI cambie su rumbo:

En ese contexto, aunque nuestra libre determinación sea reconocida en sus leyes viciadas, no hay forma de que se detenga, o siquiera se frene la acumulación capitalista basada en nuestro exterminio. Esto será posible hasta que se desmonte la finca, la hacienda, la fábrica, el campo de concentración o el cementerio, en lo que han convertido nuestro país y nuestro mundo.

El comunicado, firmado por el CNI, el CIG y el EZLN señala una a una la hipocresía de los gobiernos entrante y saliente. «No hay palabras», repitieron una y otra vez, en un gesto de elocuencia mucho más potente que cualquier promesa de campaña. No hay palabras ante la entrega de los territorios zoques, mixes, zapotecos e ikoots para el Tren Transístmico; ante el despojo contra los pueblos mayas para construir el tren peninsular; ante la sórdida resurrección del indigenismo, en manos de «los desertores de nuestra larga lucha de resistencia».

Ante la amenaza que representa un gobierno disfrazado de «izquierda», los pueblos que conforman CNI continuarán fortaleciéndose y vinculándose con otras colectividades en resistencia, sin perder lo que los hace ser quienes son. Ante la propuesta planteada por la comandancia general del EZLN en agosto pasado, el CNI-CIG acordó

consultar en nuestras comunidades, pueblos, naciones, tribus y barrios las formas y modos de construir junto con las redes de redes, chiquitas y grandes, una coordinación que nos enriquezca en el apoyo y la solidaridad, que haga de nuestras diferencias nuestra fuerza, en redes de resistencia y rebeldía con la palabra que nos hace ser uno solo, de manera respetuosa y horizontal. […] En su momento y de acuerdo a la consulta que realicemos en nuestras comunidades, el CNI-CIG discutiremos la incorporación a algo más grande, que sea capaz de incorporar nuestras luchas, pensamientos e identidades. Algo más grande que se haga fuerte con las visiones, modos, formas y tiempos de cada quien.

Luego de caminar por todo el país llevando su palabra, esta segunda asamblea nacional entre el CNI y el CIG fue un paso necesario para re-encontrarse y volver la mirada hacia adentro. Un momento de descanso y pausa para continuar. Como todas las casas, la del CNI se puede ampliar y transformar, o reparar sus grietas para hacerse más fuerte. Pero, más que nadie, los pueblos que la habitan saben que hay una sola cosa que no se puede hacer: abandonarla.

Si quieres ver y escuchar el pronunciamiento completo, haz click aquí. Si prefieres leerlo, aquí.

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