Comuneros de Milpa Alta se oponen a base naval

Por Fabiola Gutiérrez Quiroz

Habitantes y la Representación General de los Bienes Comunales de Milpa Alta y Pueblos Anexos, se dieron cita la mañana del sábado 16 de enero en el pueblo de San Bartolo Xicomulco para rechazar la base naval y la bodega de resguardo de material militar que se pretende construir en dicha comunidad. Durante un recorrido hacia el predio donde se anunció la obra, dijeron que no van a permitir que se instale el ejército en sus tierras, las cuales se ubican dentro de Suelo de Conservación del Distrito Federal, por lo que pidieron a las autoridades federales que desista de sus planes para evitar futuras confrontaciones. Aclararon que su movimiento es pacífico y democrático sin la bandera de partidos políticos.

El 8 de octubre de 2015, el Diario Oficial de la Federación dio a conocer el otorgamiento a la Secretaría de Marina de un terreno que abarca una superficie de 7,361.67 metros cuadrados, que se encuentra en el pueblo San Bartolo Xicomulco. Ante esta noticia, comuneros de Milpa Alta se dieron a la tarea de interponer juicios de amparo en los tribunales federales, pero mencionaron que si no son atendidas sus demandas, recurrirán a instancias internacionales.

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El predio en disputa fue designado a la Secretaria de Marina por el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales de la Secretaria de la Función Pública, quien sostiene que ingresó al Patrimonio Inmobiliario Federal mediante Contrato de Compra Venta el 15 de marzo de 1961, lo que hizo que la Secretaria de Comunicación y Transporte pudiera adquirirlo. Sin embargo, los comuneros sostienen que la manera en cómo el gobierno federal se apoderó del terrenos es ilegal, pues es propiedad comunal de los pueblos de Milpa Alta desde 1952 por resolución presidencial. Por lo tanto, los artículos 138 y 139 del Código Agrario hacen inexistente el acuerdo donde se le otorga a la marina dichas tierras.

Por su parte, el pasado 15 de diciembre, la Secretaria de Marina, mediante un comunicado, señaló que el terreno que se le asignó será utilizado «para adiestramiento canino, principalmente para búsqueda, rescate y recuperación de víctimas de siniestros» y que no será alterado el entorno ecológico con ninguna obra. Pero para los comuneros son insuficientes estas declaraciones, pues como dijeron, el problema de fondo es la privatización de una propiedad comunal. También mencionaron que la actual situación del país ha demostrado «que la presencia de militares en cualquier comunidad, denota actos de violencia a la población civil, así como graves violaciones a los derechos humanos».

Otras de las preocupaciones de los comuneros, es que la base naval no sólo causará graves daños ecológicos a un ecosistema ´donde se extrae más del 71% del agua potable que se consume en la zona Metropolitana de la Ciudad de México», sino que también viene abrir la brecha para impulsar mega proyectos que están detenidos gracias a la resistencia que han dado, como es el Proyecto Arco Sur, que consiste en una autopista dentro de sus tierras comunales; la apertura de centros comerciales y unidades habitacionales.

Los pobladores de Milpa Alta enfatizaron que ellos son los únicos dueños del terreno otorgado a la Marina y que sólo ellos podrán determinar su uso y destino, por lo que piden a las autoridades federales, estatales y delegacionales que se les tome en cuenta en cada decisión que se realice entorno a sus tierras. Hacen un llamado al Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Comunales que deje sin efecto el acuerdo del 8 de octubre de 2015. Asimismo, reprocharon que se dé prioridad a la construcción de una base militar en sus tierras y no se atienda necesidades básicas como es la educación, salud y trabajo.

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