¿Y si no nos queda duda? ¿qué nos queda?

Cuadernos de apuntes

El seminario-semillero «El pensamiento crítico frente a la hidra capitalista» está a la mitad de su camino. Luego de un emotivo y profundo homenaje a dos personas importantes para el zapatismo –entrelazadas por la cercanía de sus fallecimientos y su clara decisión de luchar, entre otras cosas; esta serie de encuentros largos y variados han servido para ir dibujando diagnósticos y diálogos sobre la situación de nuestras comunidades, regiones, país y mundo respecto a las luchas por la vida y frente a la enfermedad llamada capitalismo. Un panorama oscuro se vislumbra conforme se avanza en las reflexiones y deja ver algo que parece un mal sin fin –la tormenta–, aunque también se ve minimizada frente a las experiencias de lucha que, firmes y dignas, han expuesto su propio balance en estos primeros días de trabajos. Porque pensar también es trabajo y llevar lo que se piensa a la práctica es, sobre todo, un desafío.
Fotografía: Heriberto Paredes

Momentos previos a que arrancara el semillero. Fotografía: Heriberto Paredes

Más que contar todo lo que aquí suceda, nuestra labor como medios libres ha sido la de tomar nota y compartir, a la brevedad, los registros de las exposiciones que hasta ahora han sucedido. Nos interesa escuchar y entender algunas líneas de discusión que claramente se tocan y enuncian posibilidades para evitar el naufragio. Dado que hay diferentes formas de ordenar el pensamiento, parece pertinente responder a la provocación que es este semillero y tomar el tiempo para pensar, reflexionar, y claro,  llevar a la práctica.
 
Luego de varias intervenciones, queda claro que la intención de quienes convocaron a estos diálogos es buscar la diversidad, la crítica y la autocrítica. No hay acuerdos finales ni definitivos sobre los balances y planteamientos zapatistas; sino que, desde la conciencia de la diferencia, se convocó a quienes nunca les han cerrado las puertas. La lección de respeto estriba en que, estés o no de acuerdo, se tiene un piso común en donde se es compañero y compañera. 
El segundo punto –más que un criterio, una propuesta de balance– es el lanzamiento de la provocación: para las y los zapatistas se avecina una tormenta, una crisis económica de enormes proporciones y para ellos se y nos preguntan ¿es eso cierto?, ¿qué pensamos desde abajo y a la izquierda?, ¿tiene algo que decir el llamado «pensamiento crítico» de las ciencias sociales? ¿qué hay que hacer? A lo largo de varias intervenciones, la Comisión Sexta del EZLN ha expresado que están preparados como organización para resistir la debacle, sin embargo, nos interpelan para preguntarnos si nosotros lo estamos, si nos estamos organizando. Si estamos dispuestos a luchar de verdad.
 
Resulta enriquecedor –sin que aún podamos valorar su justa dimensión– el conjunto de intervenciones de la Comisión Sexta. Son una suerte de ética que hace posible pensar que sí es posible un mundo distinto, una ética que nos llama contemporáneos en tanto que tenemos la capacidad para ejercer la crítica de nuestro tiempo e imaginar el que viene y del que seremos constructores, muy en el sentido de la intervención que en el primer día hizo Juan Villoro. Para él, una de las potencialidades del zapatismo es que nos permite imaginar otro tiempo, uno que no existe aún pero que, si queremos destruir al capitalismo, habrá que construir. 
Fotografía: Heriberto Paredes

Comandantes zapatistas atendiendo a los planteamientos en esta primera sesión de trabajos. Fotografía: Heriberto Paredes

Tal vez se pueda usar la imagen del desnudo, uno meditado que sea una apertura al interior, a lo más íntimo, que sea también la exposición de una genealogía. Ya lo decía el Subcomandante Insurgente Galeano:
«Les sugiero que escuchen al Sup Moisés, por los cargos que ha tenido en la organización y por el cargo que tiene ahora él es una pieza fundamental para una genealogía de la lucha de la organización».
Y es cierto, en cada intervención, el SCI Moisés nos ha contado —con las palabras sencillas de una persona «de juicio»— cómo funciona la economía, la justicia y la colectividad al interior de las comunidades zapatistas, también nos ha permitido conocer errores que han cometido y la manera en cómo los han solucionado tomando en cuenta la ética de la colectividad como criterio principal.  

Los aprendizajes de no venderse, de no rendirse y de no claudicar

Por un lado, Adolfo Gilly planteó desde el inicio al despojo como uno de los ejes principales del capitalismo de nuestros días, sobre todo el despojo de los elementos principales que permiten la continuación de la vida: agua y tierra. Y en seguida, el despojo de las riquezas del subsuelo, desde minerales fundamentales para las industrias armamentísticas hasta el oro y la plata. El historiador plantea además, que frente a este despojo tenemos un amplio bagaje de luchas y experiencias de resistencia que hicieron del siglo XX el siglo de las transformaciones más radicales; fue en este siglo cuando las poblaciones de la periferia, quienes engrosaron las filas de trabajadores en las colonias, aquellos que pusieron sudor y sangre para sostener a los centros de poder, se rebelaron y lograron revertir el orden mundial. De la revolución mexicana a las guerras de liberación nacional en centroamérica, el siglo XX es una gran escuela de lucha, una posibilidad para plantearnos nuevas estrategias de cara a la voraz ambición del capitalismo que despoja y traga todo lo que a su paso está. 
Pero no sólo se trata de esta situación, existen también otros modos en los que el capitalismo ha procurado su existencia y se ha convertido en la hidra de siete cabezas que tiene que ser destruida para erradicar la muerte. Uno de estos mecanismos es el poder político expresado a través de las falaces elecciones y los partidos políticos. En México, la situación desencadenada por la fusión del poder político Estatal con el crimen organizado ha fortalecido lo que ya era un mecanismo de engaño y dominación, algo que en algún momento se llamó «democracia representativa». 
 
Si en muchos países el sistema partidista es cuestionado ampliamente y por todos lados se alza la voz: «nuestros sueños no caben en sus urnas», en nuestro país este espectro del poder corrupto es ya un macabro espectáculo, no hay ningún proyecto político qué defender –si es que alguna vez lo hubo–, no hay propuesta alguna que por lo menos tenga la decencia de intentar engañar con ingenio. Todo es burdo, desolador. Si la derecha y los priístas asesinos de siempre se confunden respecto otras alternativas partidistas, Sergio Rodríguez Lazcano afirma que «el problema de la izquierda mexicana es que se parece tanto a sus contendientes que termina convirtiéndose en ellos».
Fotografía: Heriberto Paredes

Subcomandante Insurgente Galeano. Fotografía: Heriberto Paredes

Sin embargo, parece ser que aún quedan incrédulos frente a la catástrofe que ha acontecido durante siglos, tal es el caso de Rosa Albina Garavito quien, en su intervención llamó a participar en el próximo proceso electoral para anular masivamente los votos. Además, afirmó que cortando las cabezas de la hidra capitalista y cauterizando las heridas es posible superar la batalla aunque, como dice el SCI Moisés, «si se le quita lo malo al capitalismo ya no queda capitalismo».
 
Junto con el despojo, la explotación laboral en el campo y en las ciudades es uno de los polos o ejes a través de los cuales también se expresa el poder negativo del capitalismo. Una más de las cabezas de la hidra que tiene que ser destruida –la cabeza y la hidra completa– para poder construir formas distintas que permitan tomar la rienda de nuestras vidas en un ambiente en donde el trabajo que nos permite vivir (no sobrevivir) no signifique la explotación de los unos sobre los otros, las unas sobre las otras. 
¿Será acaso que la crisis de la que nos hablan las y los zapatistas realmente pasará? O bien, ¿es tal vez una crisis que se prolonga sin que veamos el fin y que sirve? No para acabarnos sino para desmovilizarnos y volvernos sumisos. Eso es lo que estamos discutiendo desde el primer día, no sólo en los términos conceptuales clásicos. El seminario es, sobre todo, una análisis colectivo que nace de diversas prácticas, de muchas experiencias de vida. En este sentido es el ejercicio de la colectividad, los errores y los aciertos, lo que permite tener la capacidad de analizar de fondo el desafío que nos presentan las y los zapatistas.
Fotografía: Heriberto Paredes

Fotografía: Heriberto Paredes

Citas de la bitácora:

—No hay personas más limpias que ustedes, por eso les pido su ayuda,porque sólo ustedes han respondido y espero volverles a ver. Antes no los entendía, pero sí los entiendo en su lucha.
(Don Mario González, padre de César Manuel)

—Estudiar a partir de la tierra que estamos pisando.
(Juan Villoro)

—No es lo mismo luchar por el poder que ganar la administración del negocio.
(Sergio Rodríguez Lazcano)

—Hay que matar a la hidra con todas sus cabezas.
—Libertad es una palabra zapatista.
—La hidra de los gobiernos, la hidra delos sexenios, hay que matar a la hidra de la corrupción.
—Hay que volver a la infancia y recuperarla calma.
(Óscar Chávez)

—El despojo por sí mismo es un animal depredador.
—Y es inteligencia pura la ética volcada en obras.
—Y el despojo no es abstracto, tiene nombre y apellidos, víctimas.
—La ética consiste, hoy por hoy, en esa subversión.
—Son árboles invencibles porque crecen desde abajo.
(Guillermo Velázquez)

—La práctica no sale como se pensó en la teoría, habrá muchas dificultades.
(SCI Moisés)

There is one comment

Comments are closed.