Normalistas y familiares mantienen la esperanza de encontrarlos vivos

Por Agencia SubVersiones, Regeneración Radio y Revista Pluma

Tras 18 días de búsqueda, los familiares de los alumnos desaparecidos de la Normal de Ayotzinapa acudieron al palacio de gobierno de Chilpancingo a dar muestra de su hartazgo ante la actitud displicente del gobernador Aguirre, quien busca someter su permanencia en el cargo a un ridículo referéndum, para el cual anticipa que el 70% de los guerrerenses estarán de su lado. Es precisamente esa actitud del gobernador, con la que llama a la tranquilidad y a la reconciliación, la que lleva a la gente a realizar acciones más contundentes; mientras sigue dando muestra incesante de su incompetencia al enviar a cientos de policías antimotines con lanza-gases para «dialogar» con los normalistas y padres de los desaparecidos.

Luego de la refriega del día anterior, en la que el palacio de gobierno quedara reducido a las mismas cenizas en que Ángel Aguirre ha convertido al estado de Guerrero, los normalistas de Ayotzinapa acudieron a las instalaciones de Radio UAG, Capital Máxima y ABC Radio para dar su posicionamiento respecto a lo ocurrido horas antes, pero sobre todo, para continuar con la exigencia de presentación con vida de sus 43 compañeros desaparecidos y de justicia por la masacre perpetrada el 26 de septiembre en Iguala, Guerrero.

Antes del mediodía, dos grupos de normalistas acudieron a las radiodifusoras para dar un breve mensaje donde aclaran los motivos que dieron pie al ataque sobre el edificio desde donde des-gobierna Aguirre. Los motivos se centran en la zozobra en que se mantiene a los familiares de los desaparecidos mediante la negación de información oportuna sobre las investigaciones, la obstrucción del trabajo del equipo forense argentino, así como la implicación del gobierno estatal en el continuo ataque sobre los estudiantes y la población civil del estado.

En su mensaje, los normalistas se solidarizan con la comunidad estudiantil del Tecnológico de Monterrey, dado que el fin de semana algunos de sus integrantes fueron atacados con varios disparos de arma de fuego realizados por el grupo antisecuestros del estado. En el ataque resultó herido un estudiante de origen alemán y se evidenció por enésima vez la responsabilidad del Mando Único Estatal a cargo de Aguirre, y la política de seguridad que criminaliza y masacra a jóvenes estudiantes.

Fotografía: Cacomixtle

Fotografía: Cacomixtle

La silenciosa dignidad camina por las calles

Nuevamente, llegamos a la Normal. La pesadez de los días posteriores a la masacre poco a poco se va convirtiendo en una suerte de fortaleza que permite la esperanza entre las familias de los 43 estudiantes desaparecidos. Se han vuelto una gran familia. Madres y padres cocinan día a día mientras se resuelven las tareas cotidianas. Algunos de los familiares van a sus trabajos pero la mayoría se mantiene en la escuela y al pendiente de las investigaciones que realiza el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y la policía ciudadana, quien realiza diversos recorridos por toda la zona de Iguala.

Este martes 14 de octubre, nuevamente las inconsistencias de la Procuraduría General de la República (PGR) a través de su titular, Jesús Murillo Karam, se ven reflejadas en las declaraciones que afirman que los 28 cuerpos encontrados en las fosas de Pueblo Viejo, no corresponden a los normalistas. Por su parte, el equipo argentino desestima la premura con la que se dan estos resultados y asegura que aún no se concluyen los exámenes ni los peritajes necesarios para determinar una información certera. Tal parece que la PGR tiene prisa por cerrar las investigaciones, se tenga o no la precisión necesaria. Es por ello que las familias no confían en el trabajo de la institución federal.

Fotografía: Cristian Leyva

Fotografía: Cristian Leyva

En medio de esta confusión, las familias refuerzan su camino y se niegan a aceptar que sus hijos estén muertos y que –por si fuera poco– las autoridades estatales y federales no atiendan con seriedad su obligación de buscar a los jóvenes, al mismo tiempo que desvían la atención hacia otras notas. Por ejemplo, el día de hoy se dio a conocer en algunos medios locales (en sus ediciones electrónicas) y en otros de alcance nacional como Proceso, que el presunto líder de la organización criminal Guerreros Unidos, Benjamín Mondragón «El Benjamón», estaba muerto según dos versiones distintas, la primera narraa que fue abatido en un operativo de la policía federal en la colindancia del estado de Morelos con Guerrero, y la segunda, que se había suicidado.

Muchos han dado ya por muertos a los 43 desparecidos, pero no las familias y ni sus compañeros de la Normal de Ayotzinapa y de los demás planteles a nivel nacional. Las calles de Chilpancingo volvieron a llenarse de personas, una manifestación silenciosa cubrió las principales vías públicas de la capital guerrerense. Portando velas y flores blancas, los casi 2,000 manifestantes caminaron desde El Caballito hasta la catedral acompañados por la banda de guerra «Halcones dorados» de la Normal. Luego de la concentración, de muchos rostros indignados, las personas fueron entrando en silencio y poco a poco a la nave de la iglesia. Al interior, cada asistente depositó las flores y las velas hasta formar un altar, momentos antes del comienzo de la ceremonia religiosa.

Desde hace muchos años no éramos testigos de esta rabia y de este dolor, como si se tratara de los años más violentos de la represión en Guatemala o El Salvador; cientos de madres y padres caminaron por las calles exigiendo la presentación con vida de los hijos.

Fotografía: José Aureliano Buendía

Fotografía: José Aureliano Buendía

Los daños que no se nombran tanto

Las autoridades han manejado con demasiado hermetismo la información respecto a los normalistas desaparecidos; mientras familiares, policías comunitarios, ciudadanos y gente solidaria siguen sumando esfuerzos en la búsqueda. El despliegue de fuerzas federales ha sido señalado como una burla para el pueblo, debido a los operativos absurdos y la falta de resultados.

Los estudiantes ejecutados extrajudicialmente fueron Julio César Mondragón Fuentes, del Estado de México; Julio César Ramírez Nava, de Tixtla, Guerrero; y Daniel Gallardo Solís de Zihuatanejo, también del estado de Guerrero. En condiciones críticas y aún hospitalizados se encuentran Aldo Gutiérrez Solano y Edgar Andrés Vargas; uno de ellos declarado con muerte cerebral y el otro con pérdida de casi la mitad de su cara. Estas acciones de corte paramilitar, se suman a una serie de múltiples ejecuciones extrajudiciales en muchas otras poblaciones a lo largo y ancho de México.

Se hace necesario señalar esa absurda lógica de cuidar la «plaza», en donde escuadrones de sicarios rondan por comunidades, e inclusive ciudades, con toda la impunidad auspiciada por los tres niveles de gobierno, buscando a enemigos que osen incursionar en sus territorios para literalmente eliminarlos. Grupos armados del narcotráfico controlan grandes extensiones del país a punta de secuestros, extorsiones, robos, desapariciones y asesinatos,  manteniendo en la zozobra a gran parte de la población. La brutalidad y saña con la cual actuaron en contra de los normalistas son muestra de la violencia engendrada por grupos paramilitares, que con formas deshumanizadas y coacción de la policía municipal de Iguala, fulminaron la vida de tres estudiantes aquella noche, así como las de otros civiles, todos inocentes. Las situaciones de riesgo han aumentado con la militarización de varios estados de la República, que lejos de mejorar la calidad de vida, ha resultado todo lo contrario por el aumento de actividades ilícitas.

Fotografía: Brenda Burgoa

Fotografía: Brenda Burgoa

La ilustrada prensa guerrerense 

«Ocho horas de furia, desafío y anarquía» dice el titular del periódico Vértice de Chilpancingo este 14 de octubre, y va acompañado de una imagen del palacio de gobierno de Guerrero incendiándose con un pie de foto que dice «¿Se tolerará esa interrupción?». En su interior, los adjetivos delincuentes y holgazanes se usan constantemente para referirse a los normalistas y profesores, a diferencia de los comentarios hacia el gobernador Aguirre, que lo muestran como «un gobernador abierto siempre al diálogo y con una política incluyente».

Por su parte el periódico El Diario de Guerrero pone en su primera plana «Jornada de violencia: Ningún detenido por los sucesos» y los pies de foto hacen alusión a una frase que es usada tanto en los noticieros locales como en los artículos de opinión «y se dicen los futuros maestros».

Dentro de los medios de comunicación oficiales y conservadores, la táctica de vincular la protesta social con «la violencia pura» o «el destrozo por el destrozo» para provocar el rechazo social y que las demandas verdaderas queden relegadas a segundo plano, ha sido la estrategia seguida por el gobierno de Aguirre para presentar a los normalistas y maestros como delincuentes y no como luchadores sociales. Estos discursos ponen en contra a ciertos sectores y radicalizan a los grupos más conservadores exigiendo una represión directa y más abierta, con el único fin de aislar al movimiento.

There is one comment

  1. José Luis Valdés

    Esto es el producto de la indolencia, la facilidad de traicionarnos y atacarnos entre nosotros, que nos ha caracterizado; la ceguera para identificar nuestra realidad y sus circunstancias, la incapacidad de identificar a nuestros verdaderos líderes y héroes contemporáneos.
    Comportamiento que ha sido causado por la inserción de la aceptación pasiva del sufrimiento, ya sea mediante religiones, doctrinas políticas perversas como la corrupción y hoy, ampliamente difundas por medios masivos de comunicación, con las que nos han adiestrado desde siglos ha.
    Adoctrinamiento que ha forjado nuestras premisas socio – culturales que han normado la actitud de grandes sectores de nuestra sociedad…!!!

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