Tal vez así podemos poco a poco, en Palestina, en Siria y en otras geografías, reconstruir los tejidos rotos por la explotación y el fundamentalismo político y religioso.

En la ocupada Cisjordania el sistema de apartheid impone a los habitantes dos diferentes tipos de ley, según su pertenencia étnica. Mientras los israelís deben obedecer a la ley civil, los palestinos son juzgados bajo leyes militares.

Aquí es un campo de batalla entre uno de los ejércitos más entrenados del mundo, con armamento pesado y apoyo financiero estadounidense, contra unos niños con piedras y canicas coloridas que diariamente pierden sus sueños.