Pañuelos en Rebeldía es un proyecto diverso, amplio y autónomo que trabaja la formación política de los movimientos sociales a través de la sistematización de la praxis desde una perspectiva de educación popular. Son muchas las personas que encarnan este proyecto y que lo desarrollan a través de diversos planteamientos y líneas de trabajo, se trata de mujeres y hombres de diversas edades, con distintos orígenes, que confluyen en un espacio ubicado en el barrio bonaerense de Pompeya. Al entrar en él y comenzar los preparativos para la grabación del video que acompaña estas palabras, nos percatamos de lo relevante de contar con un lugar para trabajar en donde también se convive como una familia.
En Buenos Aires es invierno y hace un poco de frío, la mayoría de las calles lucen vacías, solo las avenidas grandes tienen movimiento en sus pequeños mercados, en los puestos de choripanes que adornan las esquinas, algunas madres con sus hijos en las manos compran algo del mandado que llevarán a casa. Es domingo y la selección argentina de fútbol disputará la final de la Copa Mundial de Fútbol, cientos de banderas argentinas adornan calles, carros, aparadores, sirven de cobijo para algunos peatones, se vuelven manteles y carteles. Pompeya, barrio de trabajadores que cuenta con una amplia tradición anarquista en sus modos de convivencia y de autogestión de alternativas a las duras condiciones de vida, es también un barrio que tiene un aire de milonga, por sus calles y esquinas se compusieron tangos y se vivió una vida nocturna en donde las palabras del pueblo se convirtieron en música.
Este colectivo-organización-equipo-familia resulta un proyecto en donde la reflexión sobre las distintas prácticas políticas se torna una herramienta pedagógica, en este proyecto no sólo se construyen metodologías más participativas, sobre todo se trata de una concepción del mundo en donde el rescate de las diversas experiencias —tanto de organizaciones como de personas en lo individual— es fundamental para construir alternativas al capitalismo y su impositiva forma de ver la vida. Digamos que una de las herramientas de Pañuelos para combatir la enajenación del mundo, es crear nuevas relaciones sociales que se basan en la horizontalidad, el respeto a las diferencias, la creatividad y la mirada crítica a nuestras prácticas cotidianas.
Los movimientos sociales como sujeto central del quehacer pedagógico pero también como fuente de la cual parten las reflexiones y análisis; la práctica política como estructuradora en la creación de conocimientos que, además de estar encaminados a las construcción de alternativas, también combaten la criminalización de la protesta y el disenso, la violación a los derechos humanos fundamentales y la feminización de la exclusión. Pañuelos es un espacio para todo esto y para muchas cosas más que aún son las posibilidades creadoras.
Sin embargo, no todo mundo encuentra pertinente la existencia de proyectos de esta naturaleza, por ejemplo el Banco de la Provincia de Buenos Aires, dueño aparente del espacio que alberga al Centro Cultural Pompeya, al equipo de Pañuelos en Rebeldía y varios otros proyectos comunitarios. A través de artimañas jurídicas este banco ha comenzado una presión y amenaza para desalojar el predio y dedicarlo a la construcción de viviendas que amplíen la especulación financiera tan en boga en los procesos de gentrificación que muchas ciudades a nivel mundial atraviesan. No es nuestra intención ahora desarrollar en toda su extensión este tema, basta con explicar que estos procesos urbanos tienen como objetivo transformar los barrios, «recuperarlos» y transformarlos en nuevas fuentes de ingresos, sin importar si en el camino hay que modificar el tipo de habitantes que moran en estos nuevos espacios «revitalizados». Es por ello que las clases bajas tienden a perder sus espacios tradicionales de vida y a ser desplazados hacia nuevas periferias, mientras que su lugar es ocupado por sectores medios altos que consiguen pagar el costo de la vida en los renovados barrios.
Audio compartido por Pañuelos en Rebeldía
Además, en medio de este proceso algunos proyectos son desarticulados ya que pierden sus espacios físicos de trabajo o de convivencia popular. El caso de Pañuelos en Rebeldía es un ejemplo clásico de este proceso de despojo.
Para que la gentrificación no logre sus objetivos es preciso resistir organizadamente, hay ejemplos en donde a pesar de que el desalojo o la demolición de los predios es inminente, el tejido social comunitario logra parar los embates y revertir a favor lo que parecía ser una derrota contundente. Pero la resistencia también necesita de la solidaridad entre organizaciones y colectivos de todas partes de la Argentina y del mundo, la resistencia necesita voces que denuncien, oídos que escuchen con conciencia y atención lo que sucede, la lucha para evitar la pérdida de espacios de trabajo es algo que se da no sólo en el terreno legal, también se da en lo político y en lo humano. Por ello compartimos este modesto trabajo en donde integrantes de Pañuelos en Rebeldía y otras organizaciones hablan de la historia de este espacio, de la historia de Pompeya como barrio y expresan su solidaridad.
A pesar de la compleja situación respecto al posible desalojo, Pañuelos sigue trabajando y construyendo, sigue abonando a la reflexión para que nuevas posibilidades de vida sean posibles. A través de talleres y encuentros, materiales impresos que recopilan la historia de diversas luchas sociales acontecidas en Argentina y en otras latitudes, mediante el diálogo y la recuperación de la memoria histórica, los nuevos conocimientos se van construyendo. Nuestra manera de agradecer la existencia de estas luchas, es mostrar un poco de este trabajo y al mismo tiempo solidarizarnos en la resistencia por mantener el espacio físico de trabajo.
Muy bella radiografia