Río San Pedro, caudal de vida en Nayarit

Esta publicación forma parte del proceso de documentación realizado por la Caravana Climática, una gira de acción por América Latina que busca recolectar historias de pueblos que luchan en defensa de la tierra y por justicia climática mientras se dirige hacia la vigésima Conferencia de las Partes de la ONU a realizarse en diciembre en Lima, Perú.

Resistencia de una cuenca organizada

En 2008 la Comisión Federal de Electricidad (CFE) presentó un proyecto con cinco hidroeléctricas sobre el cauce del río San Pedro –el séptimo más caudaloso de México y último río libre de presas en la Sierra Madre Occidental–. Para 2011 la CFE modificó su plan y presentó la construcción de la presa Las Cruces, la cual afectaría 10 mil hectáreas a lo largo de la cuenca donde residen pueblos originarios y mestizos además de amenazar con la extinción de 20% de los manglares mexicanos que se encuentran en la reserva de la biósfera Marismas Nacionales, refugio de especies ubicado en el océano Pacífico donde desemboca este caudal.

La Muxatena es una formación rocosa en medio del caudal del Río San Pedro. El sitio es considerado sagrado por las etnias náyeris y wixárikas quienes acuden a él para realizar ceremonias religiosas y levantar ofrendas como muestra de gratitud y respeto al lugar. De levantarse la cortina de 176 metros de altura el sitio sería inundado.

La Muxatena –formación rocosa en medio del río– es considerada como un sitio sagrado por las etnias náyeris y wixárikas, quienes realizan ceremonias y ofrendas. De levantarse la cortina de 176 metros de altura el sitio sería inundado.

Desde que el proyecto fue solicitado en 2011 la comunidad indígena de Presidio de los Reyes ha sufrido presión por parte de la CFE y autoridades de Nayarit para aceptar los permisos de expropiación y cambio de uso de sus tierras. Mediante convocatorias para asambleas extraordinarias con los comuneros se les ofrece el trato a cambio del apoyo de programas asistencialistas como Oportunidades. Desde hace tres años la CFE introdujo maquinaria a la zona donde se tiene contemplado construir la cortina sin importarle la inconformidad de los habitantes pues al mismo tiempo restringe el acceso a esos espacios.

—Si se llega a construir la presa nuestro sitio sagrado se inundaría y ya no tendríamos permiso para venir a sacar nuestro alimento, —comenta Irineo, gobernador Náyeri, mientras reposa sobre el borde del caudal. La población local vive del aprovechamiento de las aguas del río para el ganado, sus cosechas y principalmente la pesca. El sitio también es visitado por tepehuanos, mexicaneros y wixárikas que viven a lo largo de la cuenca. En los festejos del 24 de junio muchos de ellos se trasladan de la costa hasta la sierra donde intercambian santos y se bañan en el caudal.

Tuxpan, pueblo de resistencia histórica. «La presa no pasará. Contamos con la fuerza del pueblo»

Tuxpan, pueblo de resistencia histórica. «La presa no pasará. Contamos con la fuerza del pueblo»

La afectación en tierras bajas como la del ejido de Tuxpan se evidenciarían con la desecación del afluyente lo que ocasionaría la pérdida de la soberanía alimentaria y pérdida de especies endémicas. «Luchamos por mantener la pureza del río San Pedro que pretende robar el sistema capitalista pues puso sus ojos en el porque tiene una capacidad creadora de riqueza extraordinaria» comparte convencido Pablo, coordinador del Consejo intercomunitario para el desarrollo sustentable del río San Pedro. «Hoy hablamos de vida, si permitimos la construcción de la presa pronto hablaremos de muerte» sentencia el otrora profesor.

Boca nació en la década de los cincuentas del siglo pasado y desde siempre se ha mantenido totalmente de la pesca.

Boca nació en la década de los cincuentas del siglo pasado y desde siempre se ha mantenido totalmente de la pesca.

El supuesto desarrollo es una mentira. Si el río es golpeado pueblos como Boca de Camichín estarán destinados a desaparecer pues ellos viven completamente del agua que corre por sus tierras con destino al mar. El lugar es el mayor productor de ostión de toda la costa pacífica mexicana; además los lugareños han desarrollado un exitoso atractivo turístico que es al mismo tiempo respetuoso del medio ambiente por lo que han garantizado su subsistencia en la región sin necesidad de proyectos gubernamentales.

«Diálogo entre comunidades. Todos somos parte de él. No es sólo un recurso, ni agua corriendo, son caudales de vida para todos los pueblos asociados en la lucha por defender el río San Pedro pues se tiene la razón para conservar la riqueza que actualmente tenemos y queremos» sentencia Heidi, quien esta activa en la lucha desde 2009 cuando se conformó el Consejo intercomunitario para el desarrollo sustentable del río San Pedro en Ruíz, Nayarit. «Sólo en llenar la presa tardarían dos años y medio, tiempo suficiente para ensalitrar tierras, desaparecer la pesca y especies endémicas», asegura.

«Para continuar siendo productores necesitamos al río libre. No sólo es importante para nosotros, sino para todas las comunidades, cooperativas e incluso de la reserva de Marismas Nacionales» reflexiona Marcos, osticultor en defensa del río que alimenta a su comunidad.