Yakiri libre, pero aún culpable

Fotos: Gema Arriola y Karla H. Mares

Yakiri Rubio fue liberada después de 83 días de estar recluída, acusada de homicidio culposo en contra del hombre que la violó. Yakiri recupera su libertad pero sigue siendo culpable de haberse defendido del hombre que la secuestró, amagó y cortó en diversas ocasiones su cuerpo. Por último, la agredió sexualmente.

La noche del 5 de marzo, desde las siete de la noche, decenas de reporteros comenzaron a llegar al Centro Femenil de Readaptación Social Tepepan. El motivo: esperar la salida de Yaki, jóven de 20 años cuyo caso se ha vuelto emblemático, por tratrase de una mujer que tuvo la fuerza y fortaleza de defenderse.

Por más de cuatro horas se estuvo esperando la llegada del actuario –secretario del juzgado encargado de dar «fe» a las operaciones que ahí se realizan–, el cual, al parecer, tenía diligencias más importantes, pues llegó después de las 9 de la noche al reclusorio femenil. Esto retrasó la salida de Yakiri, a pesar de que la familia pagó desde la mañana la fianza de 423 mil 800 pesos (por obligaciones procesales y por reparación del daño) fijada por el juez 23 de delitos no graves, Fausto Favela Ayala. Una forma más de demostrar que en México la justicia -de acuerdo a la ley- es «pronta y expedita».

Se informó que Yakiri saldría por una puerta, y justo a las 9:40, salió por la puerta contraria. El tumulto de reporteros se abalanzaron sobre ella, y sólo alcanzaron a llegar sus padres para abrazarla y protegerla. Ellos, sus padres, se han mantenido al pie del cañón, apoyando a su «guerrera hija» (como ellos la llaman).

Yakiri toma el micrófono y sus primeras palabras son de aliento, de felicidad, por recuperar la oportunidad de abrazar a sus padres.

Yakiri intenta decir unas palabras, pero es difícil entre los empujones. Las activistas la rodean para intentar protegerla de la prensa mientras corean: «Yakiri valiente, te defendiste contra el machismo y la violación».

Entre lágrimas, primero agradece a sus padres, por la fuerza con la que han luchado, por estar cerca, porque no han descansando ni un sólo día desde la detención. Enfatiza que no desea separarse más de ellos, pero que seguirá luchando porque sabe que esto aún no termina. Es el inicio de un proceso penal en el cuál ella ha tenido todas las desventajas.

Se detiene por un momento, respira. Abraza a sus familiares y continúa contestando a las preguntas insistentes de los reporteros. En ese momento en el que duda, se acerca a ella su abogada, Ana Katiria Suárez. Yakiri le agradece su libertad mientras se abrazan.

Yakiri reitera que está segura que su caso tiene que ver con la cultura machista: ella fue detenida mientras que uno de sus agresores sigue en libertad y sigue caminando por las calles. No existe averiguación en su contra. Eso a pesar de que Yakiri declaró que junto a él, el hoy occiso la secuestró.

Esta noche Yakiri dormirá en casa, con su familia. Pero mañana inicia el proceso de demostrar que su actuación fue en legítima defensa  y que es ella la víctima de un sistema misógino.