Bienvenido a Nicaragua

Por Heriberto Paredes

-Venga por aquí señor, acompáñeme un momento. Pero apresúrese por favor…

-¿Por qué? No puedo retrasarme mucho, alguien me está esperando afuera.

-Ya le dije que se apresure, no me importa si alguien lo está esperando o no, usted tiene que venir por aquí y callarse.

Estas fueron las escuetas palabras intercambiadas con el oficial de migración Marvin González. Eran las 19.40 hrs del martes 12 de noviembre y es la zona de migración del aeropuerto internacional Augusto César Sandino. Managua, Nicaragua. Un triste remedo de lo que algún día fue el ideal de gobierno está ya asegurando su permanencia impositiva y ha cooptado todos los espacios posibles de participación política. Y sin embargo, hay resistencias que afloran, pero eso lo veré con mis propios ojos días después, por el momento es preciso entrar al cuartucho maloliente que funciona de “Oficina de atención a clientes”.

El mentado oficial Marvin me ordena sentarme frente al escritorio en el que se escuda, enciende la computadora mientras va preguntándome lo de rutina: motivo del viaje, duración de mi estancia en el país, los lugares por visitar, los lugares donde dormiría, si conozco gente, si soy mexicano, si transporto droga, si traigo armas…no me extraña si tomamos en cuenta la experiencia migratoria que tiene que pasar un nicaragüense o un centroamericano al intentar cruzar nuestro país. Legal o ilegalmente, siempre hay violencia y siempre hay discriminación.

Pero que un oficial de migración en el aeropuerto de Managua arranque su sesión de “platica” con una justificación como “ya que ustedes nos tratan muy mal al pasar por su feo país, ahora nosotros le vamos a enseñar a usted quién es el que manda”, es simplemente demasiado.

No me interesa defender ni a México, ni a sus autoridades, ni a las autoridades migratorias, ni de ningún tipo, en cualquier otro país, simplemente, parece que no es posible avanzar en la reconstrucción de las relaciones entre los países si sus autoridades tienen esta estrategia violenta como salida. Sin embargo, lo patético vino después.

A una semana de mi llegada trato de pensar en los hechos en retrospectiva, pero lo que entonces me parecía excesivo fue tal vez superado por los procesos de los que tuve conciencia una vez instalado en Nicaragua. Luego de que el oficial de migración me dijera quién pondría las reglas, revisó mis documentos y empezó un interrogatorio acerca de mi última visita al país, dudaba de que el motivo era la participación en un congreso de historia centroamericana. Comenzó entonces un interrogatorio acerca de mi formación académica, mi tema de tesis en la maestría…hasta que me detuve un momento para comentar que normalmente no doy tanta información sin la presencia de mi abogado.

Ahí vino la primera serie de golpes con tolete.

Cuando me repuse, el oficial me ordenó que le explicara en cinco minutos el tema de mi tesis y mientras desató la segunda descarga de golpes en brazos y espalda. Luego preguntó mis motivos para estar en Nicaragua. Fue ahí en donde le dije que me esperaban afuera mis amistades, que no eran nicaragüenses. Se detuvo, volvió a revisar mi pasaporte y se dio cuenta de que tenía visa estadounidense. Automáticamente bajó el tolete y me dijo que me podía retirar, que pasara a la ventanilla nuevamente para pagar los 10 dólares de impuesto de entrada al país.

-Bienvenido a Nicaragua

El orteguismo ha desestructurado las pocas esperanzas que se tenían en la política, se ha encargado de reformular al Estado para convertirlo en su herramienta personal, en una especie de estructura que funciona para reproducir el poder que él mismo se ha creado a base de corrupción y nepotismo. Nada del pensamiento político y la práctica de Sandino quedan en la palabrería utilizada por Daniel Ortega (antiguo comandante de la revolución sandinista y ahora eterno presidente del país) y Rosario Murillo (la esposa con las riendas en la mano). Lo que sí hay son los hilos desgarrados de la vida cotidiana y desde ahí trato de considerar estas palabras.

Muchas cosas hay que considerar pero ya a simple vista se puede ver con claridad que no hay aspectos que no estén considerados por el gobierno, es decir, que poco a poco, cada instancia se ha estado reformulando para ejercer un control acérrimo que impide el disenso o bien, si lo permite, lo neutraliza y lo incorpora a la cuota que todo gobierno “democrático” debe tener para mostrarse al mundo en sintonía con las tendencias actuales.

Postales del sandinismo impuesto

Algunos casos que me han permitido considerar de esta forma lo que se respira entre el calor acérrimo y la falta de oportunidades, como un totalitarismo capitalista de poca monta. Son los siguientes.

Fany, mujer alta de piel morena, ella es trabajadora sexual en Matagalpa. También es coordinadora de la organización de mujeres Las Golondrinas y con una claridad que impresiona relata su propia experiencia y la experiencia de las compañeras de la organización, llena el relato de algunas bromas aunque de pronto cambia el gesto y lo endurece, sobre todo cuando se refiere a las malas experiencias que tienen que ver con las golpizas propinadas a sus compañeras de trabajo y de organización.

Ella nos explica que en Nicaragua el trabajo sexual no es legal pero tampoco ilegal, así que se mantiene en un limbo jurídico que permite la doble explotación sin que alguien se vea obligado a hacer justicia. Por un lado se trata de los abusos que tratan de cometer los clientes y por otro lado la indefensión laboral en la que se encuentran quienes ejercen este trabajo, tan digno como cualquier otro.

Mientras conversamos se toca el tema de la ley 779 que permite la denuncia de agresiones contra la mujer, aunque ahora ha sido reformada para establecer la figura de la mediación, una especie de intento de lograr un acuerdo con el agresor para resolver el problema. Nadie está de acuerdo, la opinión pública generalizada gira en torno a la neutralización de las agresiones para logra una reparación de los daños más “equilibrada”. Las mujeres nicaragüenses están muy ofendidas, lo que quieren es justicia. Una vez más, la ley del sandinismo cristiano y victorioso pasa por encima de los derechos de las mujeres. Y ni el trabajo sexual es reconocido jurídicamente ni las agresiones a las mujeres serán motivo de justicia. Fany aún se mantendrá luchando día con día, es esta su vida cotidiana desde hace muchos años.

El Movimiento de Renovación Sandinista (MRS) se creó como una tendencia dentro del Frente Sandinista para la Liberación Nacional (FSLN) a mediados de la década del 90. En aquel momento, como oposición, el partido todavía vivía una lucha ideológica al interior, por eso este movimiento reunió a varios de los intelectuales y ex militantes de la revolución que conservan ideas precisas. Luego de una separación del emblemático partido y de participar en algunas elecciones de diputados y representes legislativos, el gobierno les quita la personería jurídica, situación en la que se mantienen actualmente.

En una reunión con la diputada suplente Silvia Gutiérrez, ella nos cuenta esta historia y nos trata de explicar las desaveniencias que se ha tenido con el propio FSLN, con algunos militantes que al ver que se formaba otro partido prefirieron alejarse, nos comenta lo duro que les ha resultado sobrevivir todos estos años desde la posición opositora. Pero no menciona nunca cual es la definición política de este nuevo partido, no menciona nunca a qué se refieren con la renovación sandinista.

En la Nicaragua de hoy la oposición es muy débil, las reglas con las cuales se ha restablecido la política, luego de estos dos periodos de gobierno con Daniel Ortega a la cabeza (aunque su esposa tenga más control que él), son claras: no puede ni debe existir una oposición real que ofrezca alternativas a la estructura de poder. Tal vez por eso la debilidad discursiva que nos muestra el MRS ante preguntas muy sencillas que deberían tener claras: ¿cuál es la alternativa de país que proponen? ¿por qué siendo de izquierdas se alían con la derecha para conseguir un mínimo escalón en el Congreso? Las respuestas son aún más generales: “pensamos en un país que esté dirigido por la educación”, afirma Silvia antes declarar que “nosotros no somos tan ortodoxos como los de Refundación, la gente de Mónica Baltodano, que no conciben una alianza estratégica con la derecha o con los liberales, nosotros sí tenemos una política de alianzas eficaz”. A esto se reduce la política de oposición, luego de que el FSLN se volviera amo y señor de toda la nomenclatura, bajo esas siglas o bajo las que sean necesarias.

Don Pablo tiene una finca de no más de 14 manzanas de extensión (alrededor de 750 mts2), cultiva café, cacao, hortalizas, arroz, frutas de temporada, tiene árboles maderables como pino y roble, pozas de agua que se van regenerando, una pequeña casa en la que habita con su familia y una sonrisa que no se le borra ni cuando habla de la mina que amenaza con destruir su pequeño paraíso.

Visitamos su finca y a cada paso don Pablo nos va señalando y explicando lo que ven nuestros sorprendidos ojos, también nos dice que estás tierras han sido muy fértiles siempre pero que es gracias al apoyo de la Asociación para la Diversificación y el Desarrollo Agrícola Comunal (ADDAC) que se ha podido organizar, de mejor manera y en varias comunidades, un movimiento por la diversificación de los cultivos en pequeñas y medianas propiedades, es decir, en fincas de 1 a 5 manzanas y de 10 a 15 manzanas.

ADDAC se sostiene en buena medida gracias a la cooperación noruega y suiza, pero también por su amplio trabajo de base en 33 de las 47 comunidades del municipio de Matagalpa, por su transparencia y por los buenos resultados que ha dado la perspectiva de defensa del territorio de una manera constructiva, con propuestas y acciones para lograrlas pero sobre todo por la participación de muchos campesinos, mujeres y hombres, que antes simplemente veían en su horizonte la explotación y la miseria.

Este es el doble filo de la cooperación internacional y los propios miembros de la organización lo saben. Julio y Marvin coinciden –aunque en pláticas distintas- en que no es posible mantenerse con esta ambigüedad en la que por un lado la cooperación financia proyectos como este y al mismo tiempo invierte en las empresas mineras que amenazan con destruir para siempre las regiones más fértiles y productivas del país a cambio de miserables condiciones de trabajo en panoramas áridos y contaminados.

De una manera muy sutil pero siempre presente, la cooperación internacional se ha convertido en uno de los poderes más influyentes de Nicaragua. Mientras que el gobierno sandinista no invierte ni en semáforos o botes de basura –mucho menos en libros o servicios médicos- es la cooperación internacional la que cumple estas funciones y lo hace a un alto costo social que no siempre está claro. Es la vieja imagen de aquel que da la mano y con la otra esconde la navaja.

Mientras tanto don Pablo seguirá defendiendo su finca y el derecho que lo asiste a no permitir que una minera de oro destruya la porción de paraíso que ha cosechado con sus propias manos. Su nieto nos acompaña en la visita y corre para adelantarnos, corta de un árbol una naranja o una guayaba y nos la ofrece en silencio, su mirada es de curiosidad pero también de precaución, sabe que al mismo tiempo que algo bueno viene de manos extranjeras, algo malo puede estar escondido detrás. En este caso, no, ahora tiene delante a personas que no buscan despojarlo de su futuro.