Milpa comunitaria en Tepoztlán

Fotografías de Andrea Marichal y la French

El esperado día de la elotada ha llegado; es lunes 28 de septiembre y las mazorcas ya están buenas: es maíz criollo y hay de varios colores. El trabajo ha sido continuo desde que se comenzó a preparar la tierra y se sembró la planta a mediados de mayo; jueves y domingo se dieron cita los que contribuyeron en la medida de sus posibilidades al tekio o coatequitl,  trabajo comunitario y voluntario. Los organizadores del proyecto hicieron lo necesario para que los habitantes del barrio de Santo Domingo prestaran el terreno del santo y este fuese sembrado.

El terreno de santos, antes de la temporada de lluvias

El terreno del santo, a orillas de Tepoztlán, antes de la temporada de lluvias

Llegamos al terreno del santo; a un lado hay una cancha de futbol, atrás las casas del barrio que se trepan sobre la montaña, de fondo la sierra de los cerros tepoztecos, deleite a la vista de cualquiera. Ya hay algo de gente y las mazorcas se asan en el tlecuil, nombre náhuatl para el pequeño hornillo de piedras. Algunos han traído cruces de pericón y la cosa es acomodarlas: se ha concluido un ciclo y la elotada es un convivio que lo celebra.

La milpa es el lugar donde se siembra lo que se ha de consumir como alimento, es lugar de interacción, es parte de la identidad del pueblo y conforma un imaginario colectivo, rumbo familiar para algunos, lugar de descubrimiento para otros, lugar del maíz y las plantas que lo acompañan. El clima, el sol, la lluvia, el trabajo y la interacción de las personas le dan vida y la realzan.

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El maíz, más que los demás elementos de la milpa, requiere intensos cuidados y amor humano

Dice una tarjeta de invitación a celebrar el trabajo de la milpa: «El  maíz es la base de nuestra alimentación como mexicanos. Al sembrar maíz criollo se evita la utilización de semillas transgénicas que buscan desaparecer las variedades que afortunadamente se conservan en nuestro territorio. Los abonos y plaguicidas que se utilizaron fueron elaborados con materiales naturales como el carbón, ceniza, estiércol de vaca, entre otros, evitando el uso de productos sintéticos que contaminan y dañan la tierra». Al abono utilizado en esta milpa se le conoce con el nombre de BOCACHI.

Al final, la milpa se confunde con la naturaleza y el monte

Al final, la milpa se confunde con la naturaleza y el monte