Tixtla también existe, y resiste

Para la celebración del Día de Muertos, los barrios de Tixtla, Santiago, San Lucas, La Villa, El Fortín, Santuario, San Agustín y Santa Cecilia, acuden con sus arcos y coronas de flores al barrio Camposanto, en donde son recibidos por sus vecinos que les ofrecen pozole y mezcal y, durante toda la noche del 31 de octubre, rezan y conviven.

Fotografía: Valentina Valle

Fotografía: Valentina Valle

También las casas del barrio se visten de fiesta, y cada año diferentes artistas pintan nuevos murales. En 2013 las celebraciones se habían suspendido a causa del inundamiento del cementerio por las lluvias de la tormenta tropical Manuel pero en 2014, las labores de los vecinos hicieron que las paredes de las casas del Camposanto volvieran a hablar. O, mejor dicho, a gritar, porque el tema de los murales del año pasado fue el ataque perpetrado en Iguala contra los estudiantes de la Normal Isidro Burgos de Ayotzinapa.

La ciudad de Tixtla, a través de la sensibilidad de sus artistas, expresó su indignación y rabia por la muerte y desaparición de los normalistas, y su solidaridad hacía las familias de los jóvenes que un año antes se habían sumado a los trabajos de rehabilitación del pueblo, después de la tragedia de la tormenta.

A un año de distancia hemos encontrado en nuestro archivo un material inédito, y aquí lo presentamos, en homenaje no sólo a los normalistas fallecidos sino también a la ciudad de Tixtla y a sus habitantes, que también son víctimas de las guerras de plaza del crimen organizado y cuya lucha, tal vez, ha quedado en la sombra por la cercanía con la más conocida Ayotzinapa, sin por esta razón ser menos digna de atención y respeto.