Ayotzinapa: las cenizas de la «verdad histórica». Primera Parte

Por Gisela Delgadillo

 

El tiempo que pasa es la verdad que huye
Ángela Buitrago, GIEI

El pasado domingo 6 de septiembre, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dio a conocer su informe sobre el caso de la desaparición forzada de 43 normalistas de la Escuela Normal «Raúl Isidro Burgos» de Ayotzinapa, perpetrada la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre del 2014 en la ciudad de Iguala, en el estado de Guerrero.

A tres semanas de cumplirse un año de los hechos de Iguala, el GIEI hace una aportación fundamental al caso presentando pruebas basadas en fuentes oficiales y en análisis científicos que hacen cenizas la «verdad histórica» anunciada por el ex procurador general de la república, Jesús Murillo Karam quien aseguró que los 43 normalistas de Ayotzinapa habían sido incinerados en el basurero de Cocula y sus restos arrojados al río San Juan.

«Todo lo que va a decir el grupo esta soportado en documentos oficiales, en pruebas reportadas en el expediente judicial, en declaraciones tomadas por el grupo y en los establecimientos y reportes oficiales denominados C4, denominados Tarjetas informativas, y denominados Reportes oficiales y documentos desclasificados del ejército». Ángela Buitrago, GIEI.

En el informe del peritaje independiente realizado por el dr. José Torero, reconocido mundialmente en el área de investigación sobre incendios, se puede comprobar por los resultados arrojados –y por el «estado del arte» de la ciencia del fuego– que tal incineración de 43 cuerpos es científicamente imposible de llevar a cabo en las condiciones que señalan los detenidos.

En condiciones óptimas, es decir, en un horno crematorio, un cuerpo requiere entre 90 y 120 minutos para poder ser incinerado, tiempo que en condiciones ineficientes de calor (al aire libre), aumenta a 12 horas; tratándose de 43 cuerpos ello incrementaría a 60 horas, siempre y cuando se cubrieran las condiciones necesarias para llevar a cabo una cremación de esas dimensiones.

Ilustración extraída del informe del GIEI

Ilustración extraída del informe del GIEI

El informe señala que para cremar 43 cuerpos serían necesarios 300 mil 100 kg de madera y 13 mil 300 kg de neumático, cantidades que se alejan abismalmente de una de las declaraciones citadas por el GIEI, donde un detenido señala haber estado 16 horas en la incineración y haber usado entre 10 y 15 neumáticos para llevarla a cabo, cantidad que resulta insuficiente incluso para un solo cuerpo.

Otro dato a destacar son los niveles de radiación que puede alcanzar un incendio de esas características que alcanza su punto máximo a 16 kW/m2, lo cual hace imposible la permanencia en el lugar sin un traje especial, siendo 2kW/m2 la temperatura máxima a la que se puede exponer el cuerpo humano sin sufrir quemaduras.

Lo anterior también pone en duda las declaraciones de Jonathan Osorio Cortés, uno los detenidos, quien asegura que dos personas estuvieron a cargo de mantener el fuego vivo durante 12 horas usando residuos materiales que se encontraban en el basurero como llantas, plásticos y basura inflamable; y de otro detenido más que declara haber levantado las cenizas y los restos óseos sólo con las manos.

Horas después de dar por concluido el informe del GIEI, el mismo domingo 6 de septiembre, se convocó a una conferencia de prensa en el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, donde los padres de los 43 normalistas fijaron una posición respecto al informe.

En un clima de profunda indignación los padres de familia reiteraron la exigencia de la presentación con vida de los 43 normalistas desaparecidos, la necesidad de reestructurar las investigaciones donde se indague acerca de la participación del ejército mexicano en los hechos de Iguala y el castigo a Murillo Karam, pidiendo a su vez una reunión con el presidente Enrique Peña Nieto, en presencia del GIEI.

A lo anterior se suma la exigencia sobre la investigación del quinto autobús Estrella de Oro que fue omitido en el expediente de la PGR, y sobre el cual, hay versiones encontradas que no coinciden con los testimonios de los normalistas que fueron agredidos a bordo del mismo, versión que no coincide con otros testimonios que refieren que este autobús fue destruido por los normalistas afuera de la central de autobuses y otra versión más que indica que éste fue abandonado por los normalistas en la calle Altamirano debido a fallas técnicas.

Capturas de pantalla del informe de la PGR con fecha del 27 de enero del 2014.

Capturas de pantalla del informe de la PGR con fecha del 27 de enero del 2014.

Respecto a ello y dadas las contradicciones detectadas en la investigación realizada por el GIEI, este grupo de expertos lanzó una hipótesis sobre el posible móvil del operativo del 26 y 27 de septiembre que tiene que ver con la posible relación del quinto autobús y el transporte de narcóticos, ello puesto en diálogo con las dimensiones del operativo, el nivel de coordinación y la violencia con el que fue ejecutado el mismo.

Por su parte, ese mismo domingo 6 de septiembre, la Procuraduría General de la República (PGR) en voz de su titular, Areli Gómez, anunció la continuación de las investigaciones con miras a llegar «hasta las últimas consecuencias», para lo cual, la dependencia volverá a solicitar un nuevo peritaje a cargo de un «cuerpo colegiado de peritos forenses de un alto prestigio».

Pese que la integración de GIEI es producto que un acuerdo de colaboración entre el gobierno mexicano y la CIDH, con miras a fortalecer las investigaciones del caso, la PGR insiste en ser omisa y arbitraria al destacar sólo los puntos de coincidencia del informe respecto a su investigación.

Es decir, se insiste en hablar de la participación de la policía municipal, federal y estatal en los hechos de Iguala, reconociendo la infiltración de la administración municipal y de la Secretaría de Seguridad Pública de Guerrero por el crimen organizado, pero a su vez, la PGR insiste en evadir las evidencias sobre la participación del ejército mexicano en los hechos pese a que ésta queda comprobada en documentos oficiales tales como el C4 y las declaraciones ministeriales de miembros del 27 Batallón de Infantería.

There are 2 comments

  1. Jano Bifronte

    La parcialidad, mediocridad y desprecio mostrado por décadas, hacia la ciudadanía, por esta institución, como las más de gobierno, en sus distintos niveles. Es una de las más perversas tradiciones, que nos ha dejado claro, pero sin sorprendernos una vez más, de qué están hechos…
    De esa misma verdad histórica, de una histórica retahíla de farsantes al servicio de intereses creados, que han criado a un putrefacto monstruo de mil cabezas, que rebasa fácilmente, cualquier imaginación de novelas de terror. Porque esta, LA CORRUPCIÓN, es una VERDAD HISTÓRICA, que hemos padecido, siempre.
    Yo me siento orgulloso de ser mexicano, pero me avergüenzo de estos delincuentes que han usurpado el poder político económico de todos los mexicanos. De los mexicanos bien nacidos. Y no los «mexicanos» hijos de puta, que son todos estos que nos mal gobiernan…!!!!

  2. Richard

    Es excelente que existan medios de difusión como este, que le den un uso en verdad informativo a las redes sociales y no solo de chismes y videos raros. Sigan como van SubVersiones. Es difícil de creer que a casi un año de lo que paso en Ayotzinapa existan tantas contradicciones en las averiguaciones y aun más difícil de creer que solo este tipo de medios nos enteremos. Felicidades SubVersiones.

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