«Mientras nuestros hermanos estén presos no se va acabar el levantamiento»: Kati Bethancourt Ochoa, dirigente de la Conaie

Por Gladys Tzul Tzul*

 

«Nos mueve la indignación, el dolor y el amor. Queremos sacar a nuestros hermanos que el régimen encarceló, queremos curar a nuestros heridos y mientras nuestros hermanos estén presos no se va acabar el levantamiento». Así comienza esta conversación que sostuvimos con Kati Betancourt, dirigente de la mujer y la familia de la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), organización que desde principios de agosto ha declarado un levantamiento y un paro nacional que busca frenar las enmiendas constitucionales de reelección presidencial; que se anule la ley de aguas; presionan por el acceso universal a la universidad; y se manifiestan contra la firma del Tratado de Libre Comercio con Europa.

Kati nació en la región amazónica en el pueblo del Napo y de niña vio como su familia y su comunidad participaron decisivamente en el levantamiento indígena de los años de 1990. Ella es hija del levantamiento indígena, ella junto con miles de jóvenes indígenas mas forjaron su experiencia y su vida al calor de las luchas indígenas; a continuación analiza las situación política del gobierno del Ecuador que ha reprimido y encarcelado a casi más de 200 presos.

Como comunidades indígenas compartimos luchas contra el extractivismo, contra el despojo de la tierra. Nos intimidan, nos encarcelan. Pero ustedes ya pasaron por un levantamiento donde tomaron tierras, donde lograron presentarse con fuerza para negociar y lograron fracturar al sistema político ecuatoriano. En ese sentido, ¿qué diferencia hay entre ese levantamiento de 1990 y en este levantamiento?

Hay varias. Por ejemplo, las condiciones donde vivimos los sujetos indígenas, pues ahora hay muchos migrantes, tanto del campo a la ciudad como al extranjero; también hay que tomar en cuenta que el Estado ha funcionado en este levantamiento de manera diferente, nosotros decimos que antes en los ’90 se tenía un gobierno de derecha que no tuvo la osadía de actuar como el de ahora que es abiertamente capitalista y represor. Este gobierno se adueñó de la fuerza del movimiento indígena, porque en sus raíces y conformación estuvo el movimiento indígena. Digo esto para poder explicar la diferencia entre los levantamientos.

Fotografía: Braulio Hidalgo y Costilla

Fotografía: Braulio Hidalgo y Costilla

En los 90, nosotros vinimos caminando hasta Quito, se hizo la toma de la iglesia, se cortó la producción y obligamos al gobierno a escuchar; alcanzamos algunas conquistas visibles. En cambio, la diferencia de ahora es que hemos hecho nuestro máximo esfuerzo por dialogar y presentar nuestros planteamientos, sin embargo la respuesta del gobierno ha sido la represión. Por ejemplo, ahora en Loja ingresaron a los domicilios, golpearon a las mujeres, maltrataron a las personas de la tercera edad, a menores de edad, y eso no pasó en los ’90. También en los años 90 recuperamos nuestros territorios en la Amazonía, obtuvimos la legalización, logramos el reconocimiento de la educación bilingüe, de nuestro sistema de salud, tuvimos logros. Y esos son los logros que este gobierno nos ha quitado: la educación bilingüe, la salud y además utiliza el tema del estado plurinacional como una cuestión simplemente discursiva y folklórica.

Entonces, la diferencia es que el Estado se ha organizado de mejor manera, ahora es más represivo, porque durante ocho años no permiten marchas, ni críticas. Ha sido el movimiento indígena el que ha logrado hacer esta movilización nacional y pese a la represión mantenemos el levantamiento indígena.

¿Cómo estructuramos nuestra respuesta a la crítica que dice que el levantamiento indígena de la CONAIE responde a una estrategia de golpe contra los gobiernos progresistas? ¿Vale o no vale la pena responder a ese formato de crítica?

Yo pienso que siempre vale la pena aclarar las cosas. Qué lamentable que la prensa nacional e internacional haga que un hecho concreto se convierta en juicio de valor de una sola persona. Pueden hacer varias interpretaciones, pero yo puedo dar datos, pues quienes se movilizaron fueron gente pobre, gente indígena y gente campesina. No se movilizaron los banqueros y los empresarios. ¿Quiénes han sido los heridos? ¿Quiénes son los presos? ¿A quién atacó el gobierno? No fue a la casa de los ricos, de las mansiones. ¿Quiénes están defendiendo a esos más de 160 presos que hay ahora en el país? ¿Quiénes curan a lo heridos? Nadie tiene para pagar a un abogado, nosotros no tenemos burós de abogados, nosotros estamos trabajado con organizaciones de derechos humanos, tenemos la solidaridad de organizaciones y de personas individuales, contamos con el respaldo mayoritario de la ciudad de Quito y esas son las realidades, a nosotros no nos pagan, al contrario nos hostigan, nos toman fotos. Por eso pueden decir muchas cosas, nosotros partimos de la realidad concreta. 

Fotografía: Braulio Hidalgo y Costilla

Fotografía: Braulio Hidalgo y Costilla

Ustedes en asamblea popular han decidido irse del parque El Arbolito y que el levantamiento no se acaba, pero que van a regresar a sus comunidades para fortalecer la organización y también para liberar a los presos. Entonces el levantamiento cobra otra forma, eso da cuenta de un agudo cálculo para replegarse, para poder ganar fuerza. Es una gran enseñanza para las comunidades y los pueblos que luchan.

Hemos visto toda la violencia del estado y todas las mentiras que dice, sabemos que ministros se han acercado a los dirigentes para persuadirlo de botar el levantamiento, por eso estamos pensando en alimentar nuestras estrategias para volver a salir. Nosotros nos mantenemos en pie de lucha, esta vez hemos ganado mucho, pero también hemos aprendido que no es la época de los ’90, el Estado funciona distinto y nosotros tenemos que leer distinto. Nosotros continuamos, hemos dicho que mientras exista un preso en el Ecuador no se va acabar el levantamiento, vamos a sacar a todos nuestros compañeros, no vamos a permitir que la justicia comprada por Correa los encarcele tres años.

Katy Betancourt. Fotografía: Braulio Hidalgo y Costilla

Katy Bethancourt. Fotografía: Braulio Hidalgo y Costilla

Tenemos fijada ya una fecha en septiembre para hacer una gran marcha, sabemos que en noviembre es la fecha de las enmiendas y ahí nos movilizaremos en forma conjunta, esperamos e invitamos a la ciudadanía a que se una. Nosotros como Conaie le hemos dicho que le garantizamos a Correa que no dejará sus funciones como mandatario, pero lo que no vamos a permitir es que comience a vender los conocimientos ancestrales, que siga habiendo exclusión, que siga habiendo minería, tampoco que se resten derechos a nuestros compañeros que están en el ámbito laboral, todo eso es innegociable, por eso vamos a continuar.

¿Cómo analizas la decisiva participación de las mujeres indígenas? Sabemos que el hacer político de las mujeres es estructural en este levantamiento, así como en el anterior.

Las mujeres respondimos de manera contundente cuando las agresiones del Estado han venido. Nosotras estamos movilizadas por la indignación, por el dolor y por el amor, pues como madres, esposas, o hijas hemos realizado acciones puntuales; por ejemplo, se ha denunciado con la relatora de pueblos indígenas y también contactaron a la ONU, además de que hemos acompañado a los detenidos a las audiencias. Las mujeres hemos planificado los detalles importantes para el fortalecimiento de las luchas, aunque a veces no se ve, nuestra fuerza.

*Sociedad Comunitaria de Estudios Estratégicos, la entrevistadora visitó Quito en aquellos días de mucho movimiento. Es candidata doctoral en sociología por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) en Puebla, México.