Amilcingo: un ejemplo de organización y resistencia

Por Caravana Mesoamericana
Fotografías y videos de Marlene Mondragón y César Andrade

La «Caravana Mesoamericana para el Buen Vivir de los Pueblos en Resistencia» festeja su primer parada en la comunidad de Amilcingo, Morelos, realizada del 29 de mayo al 3 de junio de 2015. En esta parada se realizó una semana de intercambio reciproco donde se compartieron herramientas a través de talleres de tecnologías socialmente apropiadas, medios libres de comunicación y mapeo comunitario en defensa del territorio; sumando esfuerzos con la comunidad para fortalecer la autogestión, la soberanía alimentaria y la autonomía. Este reportaje es parte de la documentación de la lucha de Amilcingo, de su organización, de su cultura y de lo compartido.

En Amilcingo, comunidad nahuatl ubicada en el municipio de Temoac, en el estado de Morelos, el espíritu de Zapata y de los Jaramillo se expresa a través de las voces de los abuelos, los murales te hablan de la gran historia de lucha y resistencia. La radio del pueblo acompaña a los pobladores en las actividades cotidianas, las casas tienen pintas con el rostro de Vinh Flores Lauriano y de José Luis Luna Torres: el primer rostro es uno de las 21 víctimas que produjo el hecho de llevarle la contraria al presidente Gustavo Díaz Ordaz en 1969 –y a su decreto– por el cual se cerraron 16 de las 32 Normales Rurales existentes en aquel entonces en nuestro país, mientras que José Luis es de los 43 normalistas desparecidos de la Escuela Normal «Raúl Isidro Burgos» de Ayotzinapa, Guerrero, la noche del 26 de septiembre del 2014.

La gente de Amilcingo disfruta y vive de sus montes, sus barrancas y sus arroyos. Entre las aguas y las cuevas ellos reconocen la existencia de seres mágicos que los niños pueden ver. Entre las parcelas ellos han identificado tres zonas con restos de construcciones arqueológicas. Reconocen y valoran la gran diversidad de productos que obtienen de las tierras y los montes con la cual producen ricos dulces de amaranto, y siembran una variedad de hortalizas; las plantas medicinales son parte de su forma de curar los males del cuerpo.

Ante las estrategias capitalistas de despojo que enfrentan 82 comunidades a causa del Proyecto Integral Morelos (PIM) se encuentra la comunidad de Amilcingo caminando con sones autónomos; los y las habitantes son un ejemplo de organización, con la asamblea comunitaria se reúnen diariamente para organizar la vida colectiva del pueblo que se encuentra desde 2010 en resistencia.

La radio comunitaria Amiltzinko juega un papel importante para hacer frente a la desinformación difundida por los medios comerciales, además acompaña las actividades cotidianas de los y las más de 3,000 habitantes.

La comunidad también cuenta con un espacio para el cuidado del cuerpo y la mente llamado Brigada de Salud: formado por 6 mujeres, que comparten varias técnicas ancestrales y naturales como son: masajes, acupuntura y plantas medicinales.

Para la comunidad de Amilcingo, el problema del gasoducto y el Proyecto Integral Morelos (PIM) viene siendo planificado desde el Plan Puebla Panamá en 2001, cuando a la comunidad llegó el proyecto de carretera «Siglo XXI» en 2003, como parte de la Carretera Panamericana: «Nos hablaban de que era un autopista desde Centroamérica. Era acompañada por otros proyectos, y su principal objetivo fue poder trasladar materiales de mina. Pero en este entonces lo miramos como algo de sueño que nunca iba a afectar», menciona uno de los ejidatarios que asistió al taller de mapeo comunitario.

Don Eliezer Zamora nos compartió que cuando la carretera «Siglo XXI» llegó a la comunidad, el 10 de abril de 2003, «agarraron a los líderes de la comunidad, y de esta manera obligaron a la autoridad Emilio Barrera a aprobar la autopista». En aquella época encarcelaron a 80 personas y en las negociaciones fue donde se terminó firmando un acuerdo para aceptar la carretera: «De allí se venían otros proyectos, acerca del traslado de materiales de las minas. Pensamos que eran nada más minas, o sea nunca pensamos en una termoeléctrica».

Así, desde el año del 2010 la Comisión Federal de Electricidad (CFE), el Gobierno Federal y gobiernos estatales, han impulsado en Puebla, Tlaxcala y Morelos el PIM, concesionado a través de tres empresas: ELECNOR, ENAGAS y ABENGOA; «esta última tiene inversionistas de la corona española y cuenta con una negra historia de despojo en distintos pueblos del mundo, siendo también ésta, beneficiada por la privatización del agua en Bolivia», explica Samantha César integrante  del Frente de Pueblos en Defensa del Territorio y el Agua en  Morelos, Puebla y Tlaxcala (FPDTA-MPT).

Cuentan los ejidatarios que cuando las empresas llegaron a la comunidad iban a visitar a cada campesino de forma individual para decirles, «Si no quieres aceptar el proyecto, pues tu vecino ya aceptó. ¿Quieres o no quieres? Si no quieres, vamos a mandar el ejército».

Los habitantes de las 82 comunidades de las faldas del volcán Popocatepetl que han sido afectadas son ejemplo de organización ante este megaproyecto que se pretende desarrollar en las siguientes etapas con una inversión, tanto estatal como de capital privado, de mil 600 millones de dólares:

  1. La construcción de dos centrales termoeléctricas de ciclo combinado de 620 mw cada una, las cuales consumirán agua y gas natural para producir energía. Estas pretenden ser ubicadas en la comunidad de Huexca, Morelos (concesionadas a la empresa ABENGOA).
  2. Otra etapa del PIM la conforma la construcción de un gasoducto de aproximadamente 160 kilómetros de longitud y 30 pulgadas de diámetro que pretende transportar diariamente 9 mil millones de litros de gas natural –para mantener a las dos termoeléctricas– pasando por las faldas del volcán Popocatépetl, afectando así a más de 60 comunidades campesinas de los tres estados (gasoducto concesionado a las empresas españolas ELECNOR y ANAGAS y a la empresa italiana BONATTI)
  3. La construcción de una línea eléctrica de 20 km de longitud con dirección a la subestación Yautepec.
  4. Por último, un acueducto de 20 pulgadas de diámetro que pretende trasladar 50 millones de litros de agua diaria a las termoeléctricas, albergado en el municipio de Ayala hacia Huexca, Morelos con una longitud de 12 km.

Un integrante del FPDTA-MPT comenta que lo que hay en común del proceso de despojo e imposición es que no informaron a las comunidades sobre las implicaciones y consecuencias que se iba a tener el PIM, además omitieron las formas en las que operaría el proyecto: «No se acercaron a espacios comunitarios, sólo se acercaron a personas en lo particular con una serie de mentiras, con el discurso de que traerían progreso, trabajo; no hablaron realmente de todos los daños que va a haber».

La cooptación de la gente es otro elemento en común o «el chantaje de aceptar el proyecto a cambio de que se vean beneficiados por programas sociales, o recibir algunas despensas o animales. También promesas de obras como construir puentes, arreglar la escuela, pintar las bardas».

Las agresiones directas y la desarticulación comunitaria también son una constante en la comunidad. Un ejemplo el fue 13 de abril de 2014: Eliezer Zamora habitante de la comunidad comenta: «Fue un día de mucha represión. 50 granaderos llegan y salen muchos lastimados. Agarran a 3 compañeros y luego agarran a unos compañeros más. La gente vio que nosotros teníamos razón y se une el 90% de la población. El otro 10-30% se organizan a través de un líder de PRI, Graco Ramírez, dentro de la Central Campesina Cardenista (CCC)».

Graco Ramírez nombró este Consejo de Desarrollo Comunitario para darle poder, fracturar la población y conjuntar apoyo. Empezó a causar división dentro de las familias, entre los defensores del territorio y los vendepueblos, quienes quieren aprovechar todo lo que ofrece el gobierno. «Ellos dicen sobre nosotros que somos ignorantes, que no queremos el progreso. Están perfectas las obras que den, pero no con el costo de acabar con la vida del pueblo. No vale este costo. Van a terminar con las tierras, van a llegar todas las empresas transnacionales, un aeropuerto nuevo, 50 kilómetros alrededor del gasoducto las tierras estarían contaminadas y estériles. Es un despojo de las tierras, las aguas y las montes».

Dentro de las afectaciones ecológicas o ambientales: disminuye la biodiversidad de la zona por la contaminación que generan las obras centrales donde se concentra la energía, afecta la salud de la gente, oxida la tierra por los químicos que se utilizan y empobrece la capacidad de la tierra. «Estas termoeléctricas van a gastar 50 millones de litros de agua diariamente» de esa manera, «se prioriza agua para energía, en lugar de agua para sembrar en las tierras, entonces se prioriza energía ante comida».

Otra de las afectaciones con respecto al gasoducto es que: «Atraviesa el mapa de riesgo volcánico poniendo en riesgo a los habitantes, pues bloquea las rutas de evacuación diseñadas por protección civil para que las comunidades estén a salvo en caso de una contingencia».

«Una estrategia de dominación es ubicando en los pueblos las formas de poder dividirlos, dividen familias y les imponen otras formas de organizarse» comenta otro integrante del FPDTA-MPT.

Los invitamos a escuchar el material que se realizó durante la estancia de la Caravana Mesoamericana en la comunidad de Amilcingo:

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